Pueblos de Cabuérniga a concurso

Los de Cabuérniga hablan mucho de «la ilusión puesta en este concurso» y de las bondades de sus pueblos, claro. Que si «Sopeña tiene muchísima luz, porque está en la parte más abierta del valle». Que si Bárcena Mayor «es ya uno de los pueblos más bonitos de España».Que si Barcenillas «cuenta con casonas espléndidas de estilo barroco». Cada uno a lo suyo pero con un ojo puesto en el de al lado, «porque los tres son preciosos, preciosos», repite la alcaldesa de Los Tojos,Belén Ceballos.

Lo son, pero el juego radica en demostrar quién se lo merece más. El primero en mover ficha sobre el tablero fue Barcenillas. Los componentes de la asociación cultural del pueblo se pusieron en contacto con este periódico para adelantar que concurrirían. De momento –además de Barcenillas–, han anunciado que presentarán su candidatura Sopeña, Bárcena Mayor y Riocorvo (Cartes). Los tres pueblos del valle de Cabuérniga tienen cualidades de sobra para ganar. Y colores. El azul limpio y horizontal del cielo por la mañana, el verde brillante de los árboles en primavera y el naranja del horizonte cortando el sol cuando se gasta el día.

La propuesta de Barcenillas ha sido elaborada entre los miembros de la asociación y el Ayuntamiento de Ruente. «Somos un colectivo muy participativo –del que forman parte casi todos los habitantes del pueblo–, que organizamos diversas actividades durante todo el año (concursos, fiestas patronales, bailes, talleres, mercadillos...)». En este caso, la iniciativa vecinal juega un papel muy importante. «Creemos que ganar este premio supone una buena oportunidad para revitalizar el pueblo», lo que lograrían, aseguran, «gracias al trabajo y el empeño de sus habitantes y el buen hacer de las Administraciones públicas», explican desde el colectivo. Los vecinos se muestran «entusiasmados» y convencidos de que «saldremos adelante a pesar de las adversidades, como están haciendo las nuevas generaciones». La fuerza de los de Barcenillas, unida a los atributos de este enclave encajado en pleno valle de Cabuérniga, hacen del pueblo un buen competidor.

Al otro lado del tablero está Sopeña. En este caso la iniciativa parte de la Junta Vecinal. Su presidenta, Araceli Quintana, describe una larga lista de cualidades. «Nuestras casas están habitadas por población local que sigue viviendo de la ganadería. De hecho, no hay construcciones nuevas, todo son casonas que no desentonan con el entorno. La gente que viene de fuera nos pregunta ¿sois todos ricos?». Se nota que sabe de lo que habla y demuestra pasión en ello: «Es un pueblo donde siempre ha habido un nivel económico y cultural muy alto (de Sopeña son Manuel Llano y Delfín González, entre otros)». Además, «las viviendas están construidas 'en estrella'». ¿Y esto qué significa? «Pues que las casas se van agrupando como si fueran los brazos de una estrella en torno a la plaza principal del pueblo, la de la iglesia de la Virgen del Carmen». Sopeña es un lugar de arcos de piedra, muros altos y escudos nobiliarios, «y posee la bolera más antigua de Cantabria». «Si ganamos el premio, destinaremos parte del dinero a restaurarla», anuncia Quintana.

La que parece conocer todos los 'intríngulis' de este tipo de concursos es la alcaldesa de Los Tojos, acostumbrada a presumir de Bárcena Mayor. «Supongo que sea parecido a cuando nos presentamos a formar parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España», recuerda Ceballos. «Trabajamos y contamos con la unión de todos los vecinos para lograr la mejor versión de Bárcena Mayor», que ya de por sí brilla con luz propia. «Haremos lo mismo y trataremos de presentar un proyecto diferente», aclara la alcaldesa. «Va a ser una lucha complicada, porque los tres núcleos rurales son especiales cada uno en su esencia y con sus características», resume por su parte Quintana. La cosa está reñida y tendrán que esforzarse. Después, ya lo dicen ellos, «que gane el mejor». O aquel al que le sonría la suerte.

El consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, explica que el objetivo del premio «es hacer que estos pueblos se conozcan para que la gente acuda a visitarlos, además de realizar inversiones positivas». Destaca también que «la implicación de los vecinos es fundamental, y es lo que más está valorando el jurado», además, claro, «del carácter arquitectónico del núcleo o los elementos que los vecinos decidan añadir para embellecerlo». En alguna edición, «se han llegado a colocar macetas en postes de teléfono». No hay límites para que el pueblo brille. Los miembros del jurado lo comprobarán.