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Las caras de los vecinos que viven en las proximidades del puente de Serdio (Val de San Vicente) se han tornado mucho más relajadas ... desde que el nuevo viaducto sobre las vías del tren, que sustituirá al derribado por Adif, ha empezado a coger forma. Los plazos dados por el Gobierno regional se siguen cumpliendo y mejorando y, de hecho, aunque las últimas estimaciones calculaban que la infraestructura estaría lista para Semana Santa, ahora se prevé que incluso se podría abrir antes de San José. Es decir, en dos semanas. «Avanzan bien», constata el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, preguntado por la marcha de los trabajos. «Se ha hormigonado el tablero y se ha impermeabilizado», añade. Ahora se está a la espera de recibir las barreras de seguridad del puente. «Adif pidió unas barreras antivandálicas que impedirán que caiga cualquier objeto a las vías», explica Gochicoa. Restará limpiar los estribos y ordenar la transición en el puente.
Queda por resolver el destino que tendrá la pasarela peatonal que se instaló en paralelo al viejo puente justo antes de su demolición y que con el nuevo en funcionamiento no será necesaria. Los propios vecinos de Serdio plantean que se estudie trasladarla a Los Tánagos, donde se derribó otro paso sobre las vías el día anterior al primer intento de demolición. En este caso, nadie se hizo cargo de ningún tipo de restitución. Al especto, el consejero, explica que la idea no ha sido barajada por su departamento porque no se le ha planteado directamente. No obstante, no se aparta de que se pueda realizar algún estudio al respecto para conocer si es viable, como ya expuso en respuesta a la pregunta de este medio hace unos meses, en presencia del alcalde, Roberto Escobedo. Sin embargo, el regidor municipal dejó claro desde un primer momento que los esfuerzos irían encaminados a restituir la estructura de Serdio, por ser la que a más vecinos afecta en su día a día y por el importante trastorno que provoca.
No obstante, para los de la otra zona también sería positivo seguir contando con un acceso para pasar de un lado a otro de las vías. Así lo expone una Pilar Cicero, vecina de la zona.«Ahora para ir a las fincas nos vemos obligados a pasar por el puente de la autovía, y para dar un simple paseo con los niños, también, lo que nos parece muy peligroso». Hasta el momento, elegía este camino para salir a pasear con su madre, de 95 años, que ahora ve reducido su margen de esparcimiento a los aledaños de su casa .El puente de Los Tánagos daba servicio a los paseantes de la zona y también a deportistas que transitaban en bicicleta para llegar hasta Serdio.
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