El puente de Virgen de la Peña acumula retrasos tras cuatro años de obras

Tras cuatro años desde que se iniciaron los trabajos de construcción, cuyo plazo de ejecución inicial era de año y medio, la empresa Ascán se había comprometido a tenerlos concluidos a finales de agosto, pero una vez más, según indican fuentes de la Consejería de Obras Públicas, «se están ralentizando de forma notable». Así, desde este departamento del Gobierno cántabro, reconocen que se trata de un proyecto que «está costando mucho» y para cuyo avance ha habido que ir «sorteando obstáculos».

El alcalde de Mazcuerras, Javier Camino, lamenta que la obra «está siendo el hazmerreír de toda Cantabria», harto de escuchar críticas e incluso recibir memes sobre la tardanza en la ejecución de los trabajos. «Sé que la Consejería se está preocupando mucho por la obra y empujando a la empresa a que termine», reconoce;pero cree que la demora la están pagando «los vecinos y toda Cantabria, porque tenía que estar hecho y entregado y beneficiándose todo el mundo». Ademas, el regidor insiste en que la urgencia en la terminación del puente nuevo tiene que ver también con que pueda tirarse el viejo, «para evitar inundaciones», teniendo en cuenta que los apoyos de los que se sirve influyen para agudizar los problemas que padece la zona en épocas de fuertes lluvias.

Por su parte, el regidor de Cabezón de la Sal, Víctor Reinoso, en cuyo territorio se ancla también el puente −aunque el servicio principalmente se vaya a dar a Mazcuerras− también está «deseando que se acabe». Así, recuerda que han sido diversos los contratiempos que ha sufrido la estructura desde que se iniciaron los trabajos:«La pandemia, la riada, la subida de los costes de los materiales...». Ytras la enumeración, insiste en su deseo. «Pero desde luego, a ver si cuanto antes se acaba», dice.

A principios de marzo de este año, tuvo lugar el último de los infortunios, cuando una pala excavadora de las que se estaban empleando para realizar las obras volcó en el río, se precipitó mientras realizaba tareas para retirar uno de los dos pilares provisionales. Si bien este hecho fue de poca importancia, se tomó como uno más de los que acumulaban los trabajos que parecían estar «gafados», en palabras del alcalde de Mazcuerras.

En el mes de diciembre, una riada se llevó uno de los pilares provisionales que sostenían la pasarela colgante, lo que conllevó que el Ejecutivo decidiera cerrar el paso de vehículos durante unas horas por el puente viejo. El consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, se personó en el lugar y envió una grúa para reforzar la estructura definitiva, con el fin de que «en ningún caso pueda tener ningún tipo de colapso». Si bien, insistió en que esos apoyos, los definitivos, están «bien cimentados con pivotes y no con zapatas como los otros, y no tienen ningún tipo de problema». De hecho, la grúa no llegó a desplegarse finalmente.

Además, previamente, el río se llevó una parte del trabajo con otra riada, lo que supuso un retraso de varios meses. Esto, unido a problemas de suministro por la pandemia, y después al aumento del coste de los materiales, ha dado lugar a que a día de hoy la obra se encuentre sin finalizar.

Obras Públicas comenzó la construcción del nuevo puente en septiembre de 2018 para garantizar la seguridad del tráfico en ese punto, tras una inversión de 3,3 millones de euros.