A punto de comenzar los trabajos en Cabezón para canalizar el río Saja

Tal y como explicó ayer la directora general de Obras Hidráulicas y Puertos, Sandra García, «hemos licitado las obras para proteger la zona urbana baja de Ontoria, donde se localizan una serie de viviendas unifamiliares en riesgo de ataque por un brazo del río Saja, que se activa en época de avenidas y fuertes lluvias». Los trabajos, que consistirán en levantar una defensa en el propio talud de estas construcciones que linda con el cauce, «comenzarán en septiembre y cuentan con un presupuesto de 79.395 euros». En segundo lugar, se encuentra también en proceso de adjudicación, con una inversión de 89.538 euros, el proyecto para proteger el núcleo de Carrejo, donde se construirá una mota (linde de tierra con el que se detiene el agua) a la altura del arroyo Santibáñez, un afluente del río Saja por su margen izquierda que tiende a desbordarse y a afectar tanto a este núcleo como al municipio cabezonense. García adelantó que «estamos tramitando otra actuación de mayor envergadura en Villanueva de la Peña, en el término municipal de Mazcuerras, que afectará a la parte derecha del cauce y supone una inversión 178.000 euros».

De esta manera, la Consejería inicia una parte de este macroproyecto, que es fruto del trabajo conjunto de las administraciones y que se ha topado con una fuerte oposición vecinal en una parte concreta del plan que compete a la Confederación Hidrográfica. El organismo hidráulico contempla la construcción de una mota de defensa de la margen izquierda del río, sobre la que se construiría un camino peatonal y ciclable desde la zona conocida como Los Ciruelos, en Vernejo, hasta el Minchón, en Ontoria.

Este es precisamente uno de los puntos del proyecto con el que disienten los vecinos de la zona –algunos propietarios de las fincas afectadas por los trabajos a ejecutar–, que consideran del todo «innecesaria esta senda». Los afectados alegan que «ya existe un camino a cien metros del que se quiere levantar, que conecta ambos núcleos, además de otros tres mil metros cuadrados de sendas e itinerarios que pueden adaptarse a las necesidades del proyecto sin acometer nuevos trazados», según dejan claro en algunas de las más de doscientas alegaciones presentadas. Además, los propietarios argumentan que «en la zona donde se pretende construir este linde de tierra habitan especies de flora y fauna propias de dos ecosistemas, por lo que crear un camino no restringido a vehículos a motor representa una barrera física que puede afectar negativamente a esta variedad de especies». Y, aunque no se niegan a que se ejecute un proyecto para canalizar el río y librarles de las frecuentes inundaciones, añaden que «no ha existido un proceso de participación en el que se nos haya informado adecuadamente del Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones».

Así las cosas, desde Confederación aseguran que «tras analizar las alegaciones y tener en cuenca algunas de ellas, hemos remitido un informe a la Abogacía del Estado, quien tendrá que darnos una respuesta sobre el mismo». Aún así, adelantaron que «hay aspectos en los que los propietarios tienen razón» y serán tenidos en cuenta. «Es un proyecto muy amplio que afecta a varios núcleos y que va a suponer algo muy positivo», explicaron. El objetivo es evitar las temidas inundaciones.