A punto de finalizar las obras del nuevo almacén para los operarios de limpieza en Comillas

En breve, los operarios de la limpieza del Ayuntamiento de Comillas dispondrán de un nuevo almacén con vestuarios, aseos y todas las comodidades necesarias. Así lo anunció ayer el concejal de Obras y primer teniente de alcalde, Julián Rozas, quien aseguró que los trabajos para rehabilitar el antiguo edificio blanco ubicado en la plaza de la Corriente «están a punto de finalizar». La actuación cuenta con una inversión de la Consejería de Obras Públicas de 76.190 euros y ha consistido en la restauración de una antigua edificación que el equipo de gobierno (PRC y PSOE) destinará a almacén para el personal municipal, que de este modo verá cubiertas sus necesidades «con unas instalaciones dignas y en condiciones óptimas», concretó Rozas.

El proyecto ha implicado también eliminar el transformador de la empresa Viesgo que ocupaba la vía pública e introducirlo en el edificio, de manera que no suponga un problema. «La zona ha quedado mucho mejor desde el punto de vista estético», especificó el concejal. El inmueble está situado junto a una pequeña plaza con bancos en una zona fundamentalmente peatonal.

En la misma línea, el Consistorio ha creado también un área específica para albergar los contenedores junto a la plaza del Ángel. La zona se encuentra rodeada por un muro de piedra, de manera que queda un espacio libre donde se proyecta «crear cuatro plazas de aparcamiento para personas de movilidad reducida», de manera que éstas no tengan que acceder con sus vehículos al municipio y puedan estacionar con facilidad. La plaza del Ángel, situada junto al edificio consistorial, «no tiene barreras arquitectónicas y va a tomar una importancia estratégica según los planos que manejamos desde el Ayuntamiento», adelantó Rozas. El objetivo del equipo de gobierno es hacer de Comillas una villa cada vez más peatonal y con menor tránsito de vehículos.

A su vez, y con el fin de hacer del casco urbano una zona más «salubre», «se han eliminado los contenedores de residuos orgánicos situados en la plaza Joaquín de Piélago y en la zona del Banco Santander». La medida obliga a los usuarios del casco histórico a recorrer una mayor distancia hacia las áreas de contenedores situadas unos metros más allá, «pero contribuye a mejorar la estética del municipio en este aspecto», detalló el concejal.

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