«Vuelven a cortarnos el paseo diario a Bustio»

En Unquera el límite con el primer pueblo asturiano lo hacen visible algunas señales viales y una piedra blanca situada en medio del puente. El pequeño mojón es antiguo e indica la dirección en la que se encuentran las provincias de Oviedo y Santander. Casi todos los visitantes se hacen una foto. No siempre se tiene la oportunidad de pisar una frontera. Nada de eso tiene importancia para los vecinos de ambos pueblos. Muchos compran el pan en Cantabria y viven en Asturias y pasan de un lado a otro en tres minutos, dependiendo de su agilidad para cruzar el puente a pie. Hay fronteras que unen.

«¡Si hasta celebramos las fiestas juntos!», confirma Polo Vidal, propietario de una tienda de productos típicos en Unquera. Para él no hay sorpresas con el cierre. Ya sabe lo que le espera. «La otra vez -dice refiriéndose a marzo- había hasta controles policiales en el puente». Pero se reafirma: «Estamos totalmente unidos, como un mismo pueblo, y la gente de Unquera pasea por Bustio hasta la desembocadura del río Deva. Ahora tendrán que buscarse otro sitio para dar el paseo», dice apenado.

También lo nota en la caja de su negocio, «porque tengo clientes de Rivadedeva, que ahora con esto se tienen que ir a comprar a Llanes y recorrer 20 kilómetros más». Como José Antonio Fernández, que hace media vida en cada pueblo. «Yo vivo aquí al lado -explica señalando a Bustio mientras toma un café en Unquera-, pero vengo todos los días». «Esto -insiste- es un ir y venir constante de un lado a otro del puente y toda la vida se ha hecho así», afirma como si fuera inapelable. «Es que aquí hay más comercio, más bares y más de todo», asegura Ángel Fernández, de Rivadedeva, que acude a Unquera todas las semanas a hacer la compra y tomarse algo. Tarda diez minutos en coche. A partir de ahora tendrá que ir a Colombres. «Por una parte me parece necesario si esto sirve para algo, pero cualquiera sabe en estos tiempos», afirma a su vez Julio Gutiérrez, otro vecino de Unquera.

En medio del puente puedes tener medio cuerpo en cada comunidad autónoma. Nada más cruzar a Bustio, la Vinoteca Verlade, donde paran los de aquí y los de allí; un supermercado y una Administración de Lotería. En la villa asturiana vive Mónica Núñez, que acude todos los días a trabajar a Unquera. «Para nosotros es un solo pueblo», relata. «Voy andando a la farmacia, a Correos o al médico».Este miércoles no podrá hacerlo. Tendrá que coger el coche y desplazarse hasta Colombres. Cantabria está más lejos que nunca. «Y ya verás mañana -dice por hoy-, se plantarán en el puente ocho o diez guardias civiles, pero a mí ya me conocen porque voy con el uniforme». Rosana Posada, propietaria de una floristería en Unquera, no lleva uniforme, pero tiene un motivo justificado para pasar la frontera el próximo domingo. «Había recibido un montón de encargos de clientes de Asturias por el día de Todos los Santos, pero este martes no han dejado de llamarme e incluso me han cancelado pedidos». Los alcaldes le han dado permiso para llevar las flores a los cementerios asturianos. «No se pueden anunciar las cosas de un día para otro», se queja, «aunque en el fondo lo veía venir».