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Aunque el objetivo era explicar a la ciudadanía de Cabezón de la Sal y de la comarca en general en qué consisten las actuaciones de regeneración medioambiental que está efectuando la Confederación Hidrográfica del Cantábrico en torno al río Saja, la mayor parte del acto ... de presentación que se celebró ayer en el centro Santiago Galas giró en torno al control de la especie invasora 'reynoutria japonica' -detectada en la ribera del Saja- y al uso del glifosato (herbicida) para intentar mitigarlo. Una cuestión que ha generado controversia por los efectos que el producto puede generar en el ecosistema fluvial, «ya que la normativa dice que no se puede emplear a menos de cinco metros del río», según plantearon ayer algunos de los asistentes a la presentación.
Representantes de la Confederación y de la empresa pública Tragsa expusieron el problema existente en Cantabria con esta planta invasora, «que florece entre agosto y septiembre, con una amplia capacidad de crecimiento», que además cuenta con «órganos subterráneos de reserva, por lo que, aunque se corte la parta superficial, continúa creciendo en la raíz». A pesar de que, según aclararon, el planteamiento inicial para eliminar la especie era el empleo de técnicas mecánicas (sin productos herbicidas) para el arranque de rizomas, finalmente el «Gobierno de Cantabria autorizó que se optase por usar glifosato como único método eficaz para la erradicación de esta especie».
Los autores del proyecto fueron además muy concretos explicando la técnica aplicada, que consiste en cortar la planta, esperar a que rebrote y tratarla con glifosato diluido al 3%, bien mediante pincelado (hoja por hoja) o bien mediante fumigación con boquillas regulables. El problema es que la invasora es tan agresiva, «que es necesario realizar el mismo tratamiento con una periodicidad de quince o veinte días». El objetivo de aplicar varios tratamientos con pequeñas dosis de herbicida es «que la planta se debilite». El proceso finalizaría con la plantación de árboles. Algo a lo que todavía no se ha llegado.
La explicación sobre la planta invasora se enmarcó en la presentación de las actuaciones para mejorar el ecosistema que llevará a cabo la Confederación Hidrográfica en la ribera del Saja, cuyo objetivo es lograr la «vigilancia ambiental mediante el fomento de la biodiversidad y la integración social del proyecto». Siempre, contando con la participación de la ciudadanía.
Pero este fue precisamente uno de los aspectos que ayer afeó parte del público que acudió a la presentación. «En vez de consultarnos antes de aplicar el tratamiento, nos consultan una vez se ha puesto en marcha, por lo que no nos hablen de participación ciudadana», lamentaba una de las asistentes. Los afectados aludieron a los informes de la Organización Mundial de la Salud que califican el herbicida empleado como una sustancia «cancerígena que puede contaminar el agua que bebemos».
Por su parte, los técnicos aludieron a que los tratamientos mecánicos pueden llevar demasiado tiempo, «y el proyecto se ha de implementar de aquí a 2026», por lo que de esta manera no quedaría garantizada la erradicación de la planta invasora. Presentes en el acto, los alcaldes de Cabezón de la Sal, Óscar López, y de Mazcuerras, Francisco Javier Camino, explicaron que «este es un problema con el que nos hemos encontrado y buscamos la mejor forma de erradicarlo».
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