La restauración de una casa en el centro de Comillas, premio de arquitectura

El arquitecto Jacobo García-Germán reside en Madrid, pero está muy vinculado a Santander

El edificio, que se encontraba en bastante mal estado, consta de tres plantas y se caracteriza por su estrechez, lo que llevó al arquitecto –residente en Madrid pero muy vinculado a Santander– a ejecutar un plan basado en la inversión de la jerarquía convencional, «de manera que el salón se encuentra en el piso superior, una especie de solarium con vistas al Mar Cantábrico y a los Picos de Europa». García-Germán proyecta así su concepción de la arquitectura como un universo que influye en la forma de vida de las personas. «La casa ha sido diseñada teniendo en cuenta que se emplea para un uso lúdico durante el verano». El arquitecto asegura que existe una parte de «reconstrucción, otra de restauración y una tercera de obra nueva». El inmueble mantiene además un vínculo especial con el pasado modernista de la villa. Su primer propietario fue la familia Bona, relacionada con la construcción del Capricho, por lo que en uno de los remates de la fachada se pueden encontrar dos de los azulejos azules que empleó Gaudí en su obra.