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La aguja de la torre de la Capilla Panteón del Palacio de Sobrellano despunta sobre el resto de la estructura. La retirada de los andamios ... en torno a la 'cabeza' del monumento comillano revela la conclusión de las labores de restauración de esta parte de la fachada principal.
La actuación se enmarca en el proyecto de la Consejería de Cultura para rehabilitar el exterior del edificio, que se encontraba en un avanzado estado de deterioro debido a las inclemencias meteorológicas y a su ubicación junto al mar. «Se ha desmontado una parte de la aguja y a continuación se acometerá el resto de los trabajos», confirma el arquitecto de la obra, Luis Alberto Alonso. «Están limpiando, reponiendo gárgolas, recuperando algunos elementos decorativos de piedra y esculturas que faltaban», añade. Las labores se desarrollan según lo previsto -tienen un plazo de ejecución de seis meses-, aunque se va a solicitar «alargar un mes el plazo para que puedan concluir con tranquilidad», adelanta el arquitecto. Empezaron en febrero, por lo que podrían finalizar tras el verano.
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El objetivo es remodelar las fachadas de la Capilla mediante la eliminación de líquenes y la suciedad de los paramentos. Lejos de transformar el edificio, las obras tienen como fin mantenerlo en buen estado, ya que se trata de un recurso clave, seña de identidad de Comillas -como lo son la Universidad Pontificia y el Capricho de Gaudí, entre otros-.
El proyecto ha sido financiado con los fondos Next Generation de la Unión Europea y tiene un coste de 277.000 euros, que no se invertirán íntegramente en la Capilla Panteón, sino que una parte irá destinada a recuperar los antiguos jardines del palacio. Una tarea nada fácil -se trata de cuatro hectáreas de terreno- basada en explotar al máximo el potencial del monumento y su entorno. Al menos esa era la intención de los anteriores responsables del Gobierno de Cantabria. Desde la Dirección General de Patrimonio Cultural mantuvieron conversaciones con los propietarios de las fincas para que cedieran sus propiedades al Ejecutivo, de manera que este pudiera empezar a mover papeles, antes que piedras. Habrá que esperar para ver si el cambio de color del Gobierno influye o no en la puesta en marcha de esta iniciativa, que busca poner en valor el conjunto arquitectónico y la riqueza natural del enclave. Desde la Consejería de Cultura no han contestado a las preguntas de este periódico sobre el transcurso de los trabajos, pero no parece que se haya producido ningún contratiempo.
Más allá de la zona verde, lo que seguro se va a finalizar es la restauración de la Capilla, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). En total, se actuará sobre una superficie de 1.924 metros cuadrados. Según aclaró el arquitecto al comienzo de los trabajos, «la parte este es la más afectada por los fenómenos meteorológicos». En la zona norte se observaba sin embargo más musgo y líquenes, pero no había llegado a deshacerse la piedra. Se trata de al menos la tercera obra que se ejecuta en el monumento, que sigue conservando el órgano, aunque el instrumento musical necesitaría también una intervención para su correcto funcionamiento.
La Consejería de Cultura adjudicó el proyecto de mejora de la Capilla Panteón meses después de hacer lo propio con el hermano mayor del templo, el Palacio de Sobrellano.
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