El rompeolas de San Vicente pierde su 'farolillo'

Tras tener conocimiento de la pérdida del 'farolillo', el concejal de Obras del Ayuntamiento de San Vicente, José Luis Noriega, contactó con la directora general de Pesca, Marta López. El paso siguiente fue comunicar la incidencia a los responsables de la seguridad marítima «para cumplir los protocolos establecidos para la navegación», además de notificárselo a la empresa encargada del mantenimiento de este servicio, según informaron fuentes municipales.

Además, la responsable de Pesca informó también, el mismo viernes, al Ayuntamiento y al presidente de la Cofradía de Pescadores, Emilio Bustamante, de que a lo largo de la jornada de hoy lunes se va a empezar a trabajar para reponer este elemento de seguridad para el tráfico marítimo «lo antes posible», valorando las diferentes opciones existentes, como reponer la señal lumínica mediante un farol similar al que se ha venido utilizando hasta ahora u otra instalación que pueda soportar, con mas seguridad, los fuertes oleajes que se producen en este lugar.

El rompeolas de entrada al puerto de San Vicente es una infraestructura construida a lo largo de la primera mitad del pasado siglo y que se adentra cerca de 400 metros en mar abierta. Como su propio nombre indica, su función es proteger de los golpes de mar ese punto estratégico de acceso al abrigo de las embarcaciones y, por ello, necesita continuas labores de mantenimiento. En concreto, el 'farolillo' derribado por el oleaje apenas contaba con 10 años cuando se realizó la ultima actuación importante en esa zona.

La belleza del lugar, sumado al espectáculo natural que provocan las olas al romper contra el muro portuario, hacen de esta zona un foco de atracción para turistas y curiosos, hasta el punto de que se ha tenido que reforzar la seguridad de los accesos para proteger la integridad de las personas. Precisamente, en la zona del rompeolas próxima a donde se encontraba el farol desaparecido se han vivido en los últimos años varios incidentes con dramáticas consecuencias de muertes y un desaparecido.

Por este motivo, se adoptó la medida de clausurar la infraestructura al paso de peatones instalando dos puertas. La primera de ellas está ubicada al inicio del rompeolas y solo se cierra cuando hay oleaje. La segunda, situada al extremo de la barra donde se encontraba la señal, se mantiene permanentemente cerrada al paso de personal no autorizado.