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El Ayuntamiento de Ruiloba proyecta sacar a licitación la gestión del albergue municipal, que hasta el año pasado dependía de la Consejería de Cultura, quien decidió dejar de gestionar este tipo de espacios en el verano de 2020. Desde entonces, la instalación tan solo ... se ha abierto en temporada estival, «mediante la firma de convenios con entidades interesadas en hacer uso del albergue, que a cambio se ocupaban tanto de aportar el personal necesario como de las labores de mantenimiento», según explicó la alcaldesa, Sara Portilla (PRC). Gracias a esta especie de 'contratos', han podido utilizar las instalaciones este verano los participantes en el Campamento de Rugby que acude cada año a Ruiloba. El resto del año el albergue permanece cerrado sin que hasta ahora se haya encontrado una solución. «Para una Administración del tamaño del Ayuntamiento de Ruiloba es muy difícil mantener las instalaciones», asegura la regidora, quien ha optado por «crear un pliego de condiciones donde se recojan los diferentes usos que le queremos dar a este espacio». Su objetivo es «que esté operativo durante todo el año» y que puedan utilizarlo tanto los alumnos del colegio, como los jóvenes del municipio y los campamentos en verano. Portilla habla incluso de los peregrinos. «Queremos sacarle el máximo rendimiento posible», aclaró la alcaldesa.
«La idea es que no sea solo para los jóvenes que vienen de campamento en verano». La inversión que tendrá que realizar la empresa adjudicataria aún no está del todo clara. «Depende de cómo lo enfoquemos al final -apunta Portilla- porque sería necesario restaurar la cocina y el comedor, así como realizar algunas mejoras en el edificio». Junto a la instalación se encuentra además la piscina municipal, que la alcaldesa pretende sea gestionada por la misma empresa que se ocupe del albergue, «así podríamos ofertar ambos servicios». También se valora la posibilidad «de construir una central de lavado, que luego puedan utilizar también los vecinos, o no». Son cuestiones que están sobre la mesa pero para las que aún no existe una respuesta definitiva.
Portilla se sumó este verano a la queja del sindicato de Comisiones Obreras (CC OO), que criticaba la actitud del consejero de Cultura, Pablo Zuloaga, «por cerrar la instalación de forma unilateral y sin informar ni a los representantes de los trabajadores, ni al Ayuntamiento, ni a los vecinos». La alcaldesa se reunió más tarde con responsables de la Dirección General de Juventud que le confirmaron la imposibilidad de que la Consejería continuase gestionando el albergue. Portilla ahora busca ayuda «para que deje de estar cerrado y poder aprovecharlo».
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