San Vicente estrenará los contenedores soterrados un año después de instalarse

El retraso en la operatividad de los depósitos de basura se debe a una circunstancia ajena al Consistorio. Cuando se procedió al cambio de contenedores, la promotora no disponía de un camión que reuniese las características para efectuar la retirada de los residuos en los nuevos y modernos depósitos y, según el contrato en vigor, tampoco estaba obligada a adquirir los vehículos apropiados. Como consecuencia, el Ayuntamiento ha tenido que esperar a que finalizase el anterior contrato para contemplar el cambio establecido en el nuevo pliego de condiciones, y renovar el contrato, que ha obtenido de nuevo la anterior promotora.

Cumplido todo este farragoso proceso, la empresa tiene previsto realizar el próximo martes las pruebas de funcionamiento de los contenedores con el nuevo camión para, si no se producen incidencias, comenzar a prestar el servicio con total normalidad antes de que concluya el actual mes de junio.

De esta manera, se daría por fin utilidad a los contenedores semisoterrados, un servicio que implantó el anterior equipo de gobierno, en cuya actuación invirtió 230.000 euros del remanente de tesorería del Consistorio. El objetivo era mejorar la imagen del centro de San Vicente y garantizar la salubridad de la zona y de los transeúntes, así como optimizar el servicio.

El problema es que la propuesta estuvo durante demasiado tiempo en entredicho, con los nuevos depósitos de materia orgánica precintados y sin poder utilizarse, a la vista de vecinos y turistas. La imagen no mejora en absoluto si se tiene en cuenta que los tradicionales contenedores verdes en superficie fueron colocados alrededor de los nuevos, ya que son los que se han estado empleando hasta ahora, mientras los modernos han permanecido sin usar.

A esta circunstancia, hay que añadir que el servicio de recogida de residuos a través de varias estaciones de contenedores soterrados no ha funcionado de manera óptima desde su implantación en otras zonas del municipio hace quince años. De hecho, los depósitos soterrados se conservan en mal estado y han sufrido múltiples averías por el efecto de la corrosión de los materiales, lo que dificulta que se abran y se cierren con facilidad.

Fue precisamente esto lo que obligó al anterior gobierno a efectuar el cambio por las instalaciones semisoterradas, que cuentan con un novedoso sistema que ya se ha implantado en otros lugares de Europa. Los depósitos destacan porque están fabricados con un material plástico de alta resistencia, que no se ve afectado por la corrosión marina propia de municipios como San Vicente. De esta manera, se confía en reducir en gran medida las actuaciones de mantenimiento, y su consiguiente gasto, a la vez que se triplica la capacidad de almacenaje de los contenedores.