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Las construcciones e instalaciones deportivas y de recreo del complejo turístico que rodea al campo de golf Shangri-La de Gandarilla han sido ya legalizadas por el Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera, recibiendo la oportuna licencia de obra que hasta ahora no tenían. Sin ... embargo no ha corrido la misma suerte la instalación principal de este complejo, la del propio campo de golf, es decir, los nueve hoyos que, en base a los informes técnicos existentes, se considera que «no es legalizable».
Este es el acuerdo adoptado en la última Junta de Gobierno local, tras un largo proceso para dirimir si todo lo construido en las aproximadamente catorce hectáreas se podía legalizar.
La historia comenzaba a inicios de siglo, cuando el empresario Enrique Corsini adquirió la primera de las fincas en Gandarilla y comenzó a desarrollar su proyecto Golf Shangri-La. El caso es que lo hizo sin las correspondientes autorizaciones, lo que llevó al Consistorio barquereño a abrirle el primer expediente urbanístico en 2008. Con el paso de los años, el empresario fue acumulando otros muchos, hasta superar la veintena. Y es que Corsini seguía construyendo instalaciones y añadía hoyos al campo a pesar de las advertencias técnicas por no tener los permisos en regla. A esto, el promotor siempre ha explicado que todo lo construido era «legalizable al 90%», pero que había sido víctima de continuas «trabas administrativas y burocráticas» a su proyecto y que por ello había ido trabajando a su ritmo, en lo que era un proyecto personal para su disfrute, el «ultimo capricho de un jubilado», dijo en una ocasión a El Diario Montañés.
A los expedientes se sumó la denuncia realizada por el colectivo Ecologistas en Acción, que acabó en los tribunales y con un mandato de paralización cautelar de las obras y cierre del campo de golf ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC). En ese momento, el empresario estaba reconstruyendo el antiguo caserío que ya poseía la finca original. En paralelo, existía otra denuncia de la Junta Vecinal de Gandarilla que acusaba al promotor de apropiarse de un camino. Cosa que Corsini niega porque el sendero empieza y acaba en su propiedad.
Desde el Ayuntamiento barquereño se reconocía esta semana que esas instalaciones -a excepción del golf- eran legalizables, por lo que se daba trámite a la legalización del complejo. Al respecto, fuentes municipales aseguran que lo hacían cumpliendo con su deber de dar trámite legal. «Solo tenemos un camino, en función de los informes técnicos: continuar con la tramitación del expediente que es algo que está reglado», reflejaron ante un asunto que les ha traído más de un quebradero de cabeza estos años.
En toda esa dilatada tramitación, desde el Consistorio se recuerda que el anterior arquitecto municipal requirió en su momento a la empresa promotora regularizar las obras que se estaban haciendo sin licencia, con un informe que ya reconocía a priori que el proyecto era legalizable, pero que la tramitación realizada no era la correcta.
En un periodo posterior -en el que el Ayuntamiento de San Vicente se encontraba sin técnico urbanístico-, se pidió auxilio al Gobierno cántabro, que puso a su disposición un técnico que realizó un nuevo informe de la situación en la que estaba el proyecto y de la tramitación que requería, detallando los pasos a seguir. En base a ese nuevo informe se le presentó a la propiedad unos requerimientos que concluyeron con la presentación del correspondiente proyecto ante la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu). Este organismo realizó unas matizaciones, pero concedió el definitivo informe favorable para comenzar la legalización.
En base a todo ese proceso y a la respuesta positiva del organismo autonómico, el Ayuntamiento ha acordado legalizar y dar la licencia al alojamiento turístico de la edificación existente, con el correspondiente cambio de uso para vivienda turística rural, así como a diversas instalaciones deportivas, como la bolera, las pistas de tenis y pádel y la piscina, y otra serie de actuaciones menores, excluyendo en todo momento al campo de golf de nueve hoyos.
Tras el reciente acuerdo municipal, el Consistorio barquereño ha comunicado al TSJC la nueva situación administrativa en la que se encuentra el proyecto, ante la suspensión cautelar decretada en su momento, ya que, a pesar de la licencia ahora concedida, es a dicho tribunal al que le corresponde, si lo considera oportuno, levantarla y permitir que continúen las obras.
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