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San Vicente lleva años esperando la construcción de un paseo accesible desde el famoso puente de La Maza hasta las playas. En la actualidad, los ... vecinos tienen que pasar por una estrecha y deficiente acera para acceder a los arenales barquereños, muchas veces teniendo que ocupar la calzada y compartiendo así espacio con los coches, con el peligro que eso supone. El problema también lo tienen las personas con movilidad reducida o silla de ruedas, dado que el camino es intransitable para ellos, lo que les obliga a salir literalmente a la vía.
El asunto es que San Vicente cuenta desde hace años con un anteproyecto para conseguirlo, pero su tramitación se encuentra estancada ante la siempre compleja y lenta tramitación del preceptivo informe de impacto ambiental, que aún sigue sin resolverse, un paso previo que posteriormente tendrá que completarse con las autorizaciones de los diferentes organismos competentes.
Se trata de una parte del itinerario que une el casco urbano de la villa con las playas y que es uno de los más utilizados por los barquereños a lo largo de todo el año, especialmente en verano, cuando registra un tránsito de miles de personas al conectar a una de las principales localidades turísticas de Cantabria con un arenal que llega a reunir a más de 20.000 personas, por lo que en muchas ocasiones los peatones se ven obligados a utilizar la calzada, colapsada ya de por sí por caravanas de vehículos y ciclistas. Los aproximadamente 600 metros que discurren en ese trayecto de la carretera autonómica CA-364 cuentan con una estrecha acera de apenas un metro de anchura y con un pavimento de piedra irregular que hace que resulte intransitable para personas con movilidad reducida, provocando en muchas ocasiones caídas y lesiones a las muchas personas que cada día lo utilizan.
Un buen ejemplo de esa situación la vive prácticamente a diario Juan Cruz, un vizcaíno que hace ya varios años se compró una vivienda en la urbanización de la playa para pasar largas temporadas en San Vicente. Enfermo de Parkinson, se ve obligado a moverse en silla de ruedas.
Todos los días se desplaza desde su residencia junto a la playa al centro de San Vicente acompañado por su esposa Inma y sus perros Ogi y Canela. Un paseo que en su caso se ve obligado a realizarlo por la carretera, ante la imposibilidad de poder utilizar la acera en las actuales condiciones, a pesar del peligro que supone. Siguiendo las indicaciones que le dio la Guardia Civil, lo hace con chaleco reflectante y con una linterna cuando no hay buena visibilidad. «Es inexplicable que a estas alturas se tenga una acera en estas condiciones y más si tenemos en cuenta la cantidad de personas que la utilizan», se lamenta Cruz. «Aprovecho para venir a disfrutar de San Vicente en esta época porque en verano me resulta totalmente imposible poder moverme en estas circunstancias», añade indignado sin entender las razones del retraso acumulado para ejecutar el proyecto.
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