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Los incendios de 2012 y 2016 convirtieron el acceso al valle de Polaciones desde Puentenansa en una verdadera trampa. El vial, en la zona comprendida ... entre La Lastra y el embalse de La Cohílla, quedó a merced de los desprendimientos de rocas y, también, de las avenidas de nieve en los meses de invierno, lo que ha provocado una casi interminable lista de cortes de la circulación y, lo que es peor, una sensación de peligro evidente para los usuarios que circulan por la zona, que es el principal acceso al municipio purriego.
Ahora, con la intención de minimizar los riesgos y de dotar al vial de una seguridad adecuada, la Consejería de Obras Públicas del Gobierno regional ha iniciado una obra, cuyo presupuesto es de unos 500.000 euros, para la instalación de diferentes elementos que eviten la caída de rocas y nieve a la calzada. En la actualidad, ya existen diferentes sistemas de contención en la zona, aunque son insuficientes para garantizar que no haya desprendimientos. Además, por efecto de los desprendimientos de los últimos años, algunos de ellos están seriamente dañados, por lo que resulta necesaria su reparación y su limpieza.
335.000 euros euros es el presupuesto en el que se adjudicó una obra que partió con una cifra base de licitación de 500.000 euros.
3,5 kilómetros de la CA-281, entre La Lastra y el embalse de La Cohílla, son sobre los que se desarrolla la obra.
José Luis Gochicoa, consejero de Obras Públicas, aseguró ayer que «nos encontramos ante un proyecto que lo que persigue es evitar tanto los desprendimientos de rocas que se producen con demasiada frecuencia sobre esta carretera autonómica que comunica con el valle de Polaciones y con Palencia por el puerto de Piedrasluengas, como, sobre todo, las avenidas de nieve que se han venido produciendo en los últimos años». El objetivo de los trabajos, según añadió, es «asegurar la fiabilidad y la seguridad de la carretera para cualquier persona que circule por la misma».
El responsable de Obras Públicas hizo especial hincapié en que «estamos en una orografía muy complicada, en una zona montañosa con mucha roca suelta que, además, se ha visto agravada en los últimos años con varios incendios forestales y en ese sentido queremos mejorar la seguridad y la fiabilidad de la carretera para evitar que se produzcan nuevos cortes, aunque sean temporales, mediante la instalación de diferentes barreras de protección que permitan que ante cualquier tipo de roca o cualquier tipo de avalancha que pudiera originarse exista un elemento de protección que impida que llegue hasta la carretera».
Las obras comenzaron a ejecutarse hace ya en el mes de mayo y está previsto que puedan estar concluidas para finales de agosto. Hasta ahora, se han venido realizando trabajos de preparación para la instalación de las medidas de seguridad que ayer fueron trasladadas hasta el lugar por medio de un helicóptero, dado que es el único método que se puede emplear para el movimiento de grandes piezas en una zona con una orografía ciertamente complicada. De esta manera, la aeronave trasladó los elementos que iban a ser instalados desde un punto de acopio en el que se habían almacenado previamente hasta el lugar en el que definitivamente iban a ser colocados.
El tramo de esta carretera, la CA-281, que se verá beneficiado de esta actuación tiene una longitud de unos 3,5 kilómetros, y es considerado de alta montaña. Discurre por una zona en la que el riesgo de los desprendimientos de piedras es elevado, situación que se ha visto acentuada por el efecto de los incendios de los últimos años, que han eliminado gran parte de la vegetación, que de una manera natural fija el terreno, y han dejado muchas rocas al aire, lo que facilita su caída.
Ante esta situación, desde Obras Públicas se ha optado por la colocación de diferentes medidas de protección. Por un lado, se instalarán barreras ligeras, consistente en un sistema adecuado para taludes con una frecuencia elevada de desprendimientos, en los que el tamaño máximo de las piedras y rocas no pasa de los 20 centímetros y en los que no existe una zona de encauzamiento, sin trayectorias definidas de los desprendimientos.
También se colocarán lo que se denomina barreras dinámicas, que son elementos adecuados para laderas con mayor inclinación y que conforman vaguadas o gargantas por las que se canalizan los desprendimientos tanto de rocas como de nieve. En estos casos, los elementos se instalan en varios niveles para que su efectividad se incremente y se pueda sacar un pleno rendimiento al sistema de frenado de las avenidas con que cuentan estos sistemas de retención.
Tanto en el caso de las barreras ligeras como en el de las dinámicas, su instalación se está realizando atendiendo a la experiencia de los últimos años, en los que se ha podido ir determinando qué zonas son las que presentan un mayor riesgo de desprendimientos y de aludes y en las que, por tanto, es necesario acometer en ellas una actuación para colocar los nuevos sistemas de contención.
Además de estos dos tipos de barreras, las obras en esta carretera se completan con la instalación de malla de triple torsión anclada al terreno, un sistema recomendado para zonas con taludes verticales, como podría ser el caso de la salida del túnel de La Cohílla.
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Ana del Castillo
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