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Los portavoces de las tres fuerzas políticas (PSOE, PP y Cs) que conformaban la oposición en Ruiloba aseguraron que cualesquiera que fuera el resultado electoral, no harían alcaldesa de nuevo a la regionalista Sara Portilla. Los políticos han cumplido –esto no se escucha a menudo–. ... El socialista Julio Pinna, que se presentaba por primera vez como candidato, ha sido investido alcalde con el apoyo de las concejalas del PP, María Eugenia Martínez, y de Cs, Mar Bielva. Las tres agrupaciones suman los cuatro ediles necesarios para gobernar con mayoría absoluta y desbancar a la regionalista Sara Portilla, que se marcha al menos deseado campo de la oposición, a pesar de que fue la lista más votada en las elecciones. El acuerdo entre partidos que en un principio podrían considerarse antagónicos responde al interés común por desalojar a Portilla, a quien los enfrentamientos constantes con la oposición –e incluso dentro de sus propias filas– le han terminado pasando factura.
Todo lo contrario que el alcalde, tan nuevo en estas lindes como entusiasmado. Antes del pleno, que ha dado comienzo a las 12.00 horas, Pinna sabía que podía ser elegido. La votación se ha realizado a mano alzada y seguramente a pocos les ha sorprendido que la política del PP y la liberal Mar Bielva acompañasen al del PSOE hasta el trono. No era la primera vez que sus brazos coincidían alzados en el pleno, porque el acuerdo entre las tres fuerzas –y el desacuerdo con el equipo de gobierno– se viene dando a lo largo de toda la legislatura. No hubo una hoja de ruta escrita, eso no, pero las dos mujeres le habían asegurado a Pinna de palabra que le iban a apoyar. Y así ha sido.
Por eso, ha enfatizado el nuevo regidor, «ha quedado demostrado que en Ruiloba lo que importan no son los partidos, sino los vecinos y la unión como pueblo». Una alianza por la que a partir de ahora tendrán que trabajar, ya que es a la hora de implementar las políticas de cada uno cuando surgen los desencuentros. O no. Por lo pronto, el del PSOE ha anunciado que va a solicitar una excedencia para dedicarse de lleno al Consistorio. El socialista ha insistido además en que Ruiloba «necesitaba un cambio, que consistía en quitar a la alcaldesa». No todos los vecinos estarán de acuerdo, pero sí parecían estarlo los que al mediodía de este sábado se apelotonaban en torno al exiguo salón de plenos del municipio. O los que luego esperaban en la calle para ofrecerle al socialista una calurosa ovación con la que iniciar su mandato. «Al salir del Ayuntamiento me he encontrado con la plaza llena de gente de diferentes colores políticos apoyando este resultado».
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