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LUCÍA ALCOLEA
Domingo, 21 de enero 2018
La Mancomunidad de Servicios Sociales Saja-Corona (Cabezón de la Sal, Mazcuerras, Cabuérniga, Ruente y Los Tojos) está llevando a cabo un proyecto para fomentar la autonomía y prevenir situaciones de exclusión en personas mayores, personas con dependencia y jóvenes discapacitados en el mundo rural.
La iniciativa nace con dos objetivos: «por un lado, evitar la situación de exclusión de las personas mayores, que viven en zonas aisladas y no tienen relaciones sociales», explica Cristina Arriaza, trabajadora social y directora del proyecto. Por otro, dar trabajo a personas desempleadas de larga duración, que son contratadas como auxiliares y se encargan de acompañar a las personas mayores que así lo deseen.
El programa cuenta además con dos integradoras sociales que realizan actividades grupales. Para entender la razón de este proyecto, «es necesario tener en cuenta que el índice de envejecimiento en esta zona es superior a la media en Cantabria», aporta Cristina. La presidenta de la Mancomunidad, Rosa Fernández, incide en la diferencia entre el perfil de la población de Cabezón de la Sal y de los núcleos más rurales, como Ruente, Cabuérniga o Los Tojos. «Ten en cuenta que en Los Tojos, por ejemplo, las mujeres viudas o jubiladas, que viven solas, que por lo general ya son mayores, no tienen alternativas como salir a tomar un café o a comprar el pescado, ir a yoga o a la peluquería, porque normalmente no cuentan con este tipo de servicios en su entorno y no reciben ningún tipo de ayuda familiar o social». Aunque no todas, «la mayoría de las componentes del programa son mujeres que viven solas, viudas que, o bien no han tenido hijos, o éstos están fuera», asegura Cristina. , «Por eso, la iniciativa consiste por un lado, en el acompañamiento individual que realizan las auxiliares y por otro, en crear actividades grupales lúdicas, donde se trabaja la psicomotricidad fina y gruesa o el entrenamiento de la memoria, para evitar el deterioro cognitivo», señala Helena Colio, integradora social, que se encarga de coordinar estos grupos. «Son vecinos que por lo que sea, no participan en las actividades que diseñan las asociaciones o demás entidades del pueblo, por lo que se buscan juegos y alternativas para ellos en especial, de forma que estén contentos y no sientan que se quedan atrás», matiza. Es decir, lo que ellos quieran y adaptado a su ritmo.
Por otro lado, el acompañamiento individual consiste en que «una auxiliar acude a un domicilio para acompañar a la persona mayor a hacer gestiones, pasear, jugar a las cartas, leer el periódico o simplemente ir a visitar a algún vecino». «Es un acompañamiento sobre todo emocional», profundiza Cristina. Por eso lo ideal sería que los acompañantes fueran siempre los mismos, «porque se establece una complicidad y una relación de confianza», pero estos cambian cada seis meses, que es el tiempo que dura el proyecto gracias a la subvención del Servicio Cántabro de Empleo.
El programa se lleva desarrollando tres años. ¿Y qué pasa si no hay subvención? «pues que no podríamos llevarlo a cabo». Desde que se comenzó a ejecutar, el número de personas de la tercera edad que se han adherido ha ido aumentando hasta tal punto que este año «hay lista de espera». «Hemos tenido que reducir el servicio de acompañamiento personal, que antes se realizaba todos los días de la semana, a un día sí y otro no, pero no podemos permitir que esto redunde en una peor calidad del proyecto». Las encargadas de implementarlo han detectado notables mejoras en el ánimo de las personas que reciben el servicio. «Están más contentos, con mejor autoestima y menor deterioro cognitivo». De hecho, apunta Helena, «si el proyecto se para y dejan de recibir el servicio durante dos meses, se nota que hay un retroceso».
La presidenta de la Mancomunidad es categórica. «Aún quedan más necesidades por cubrir». Asegura que en las zonas rurales «las personas tienen más carencias». Por ejemplo, «cuentan con dificultades para trasladarse y si nieva, se quedan aislados», a pesar de que la alcaldesa de Los Tojos,Belén Ceballos, «ha peleado porque los vecinos dispongan de un medio de transporte público con el que desplazarse».
«Pero hay más aspectos en los que la sociedad rural queda desprotegida», insiste la presidenta, «motivo por el que me encantaría poder ampliar el programa, para que la gente se sienta atendida y no como un territorio olvidado». En este aspecto, señala Cristina que «estaría bien que dispusieran de ayuda psicológica, porque las demandas de las familias y de las personas mayores muchas veces responden a este tipo de cuestiones».
«Nosotras lo estamos prestando como podemos, sacando el dinero de donde vamos viendo, pero no deja de ser un servicio inestable que depende de subvenciones». Por eso, «es fundamental mantenerlo, para realizar un servicio integral, que es de lo que se trata al crear una Mancomunidad de Servicios Sociales». Son cuestiones éstas que dependen de los recursos que se destinen.
La otra cara de la moneda tiene que ver con la realización personal de los auxiliares que son contratados para tal fin, tras pasar una larga temporada sin trabajar. «Son personas que por lo general tienen la autoestima baja, a los que elegimos para acompañar a estas personas mayores porque sabemos que tienen capacidades suficientes». Los contratados reciben además la formación necesaria «para saber actuar en todo tipo de situaciones». De esta manera, «se les facilita una salida laboral, se sienten útiles y necesarias y empiezan a ver que hay luz al final del túnel». «Ahora tenemos tres auxiliares y todas están contentísimas», asegura Helena, que se encarga de tratar con ellas y organizar el trabajo de todos los días.
Pero la iniciativa no se termina ahí, porque además atienden a personas menores de 65 años con una discapacidad reconocida que viven solas. Se les acompaña y se les dota de las herramientas para manejarse en la vida diaria, «como ponerles horarios o ayudarles a cocinar, por ejemplo». «Se trata de ayudarles a organizar su día a día, porque más o menos se manejan solos». «Es un programa fantástico y muy necesario», interviene la presidenta de la Mancomunidad,«y no es un capricho en el sentido de que queramos hacer esto porque sí». La alternativa es bienvenida y hasta el momento ha sido todo un éxito. Que continúe en marcha dependerá como siempre, de la gestión del dinero por parte de la Administración.
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