La Torre de la Estrada lleva más de una década rodeada de andamios

En cifras, la rehabilitación de la Torre de la Estrada en 2005 supuso una inversión con cargo al uno por ciento cultural del Estado de más de 600.000 euros, de los que el Gobierno de Cantabria aportó 174.000. Se hizo como compensación a las obras y expropiaciones ejecutadas en el tramo de la Autovía del Cantábrico (A-8) a su paso por la zona y hoy luce tapada con traje metálico porque, al poco tiempo de la rehabilitación, tenía humedades. En 2017, ya con el problema de las filtraciones encima (al menos desde 2011), el Ejecutivo cántabro visitó la instalación y anunció un proyecto para renovar la cubierta plana que provocaba problemas para sustituirla por otra acorde con la fortificación protegida. Tenían un problema porque el diseño debería parecerse al remate original (del que no hay documentación) y cumplir así la Ley de Patrimonio, pero también a la par impermeabilizar el edificio. Aquel primer proyecto se presupuestó en otros 160.000 euros.

No obstante, el nuevo arreglo que se vaticinó públicamente para ejecutarse en 2018 quedó aparcado en un cajón. Entremedio, y un año antes de que apareciesen las humedades (más o menos 2010) se inauguró la exposición sobre Los maquis en la Cordillera Cantábrica que aún hoy se puede visitar.

Al ser preguntado por ello, el alcalde de Val de San Vicente, Roberto Escobedo, insiste en que para poder quitar los andamios hay que ejecutar un proyecto que requiere «una financiación importante», ya que tiene que ser acorde con el entorno. «Mientras tanto, se tienen que mantener los andamios», zanja.

Según recuerda Escobedo, las humedades se fueron detectando en varios puntos de la torre cuando ya existía un contenido museístico y ello les llevó a demandar el proyecto para la cubierta. En estas condiciones, el Ayuntamiento ha seguido teniendo a la torre como referente cultural y ha venido desarrollando durante el verano varias actividades en torno a ella, a excepción del tiempo de pandemia. El regidor anuncia también que la fortaleza abrirá de nuevo sus puertas una vez se realicen las contrataciones de la orden de Corporaciones Locales. Hay dos visitas; una con un recorrido histórico, dentro del entorno amurallado, que contiene la torre y la capilla; y la otra, dentro de la torre.

La torre, que estaba prácticamente en ruina cuando se rehabilitó es de propiedad privada y pertenece a la familia Duque de Estrada y Herrero. Antes de que se procediera a la restauración, el Ayuntamiento firmó un convenio por periodo de 100 años de duración que sigue en vigor, mediante el cual se hace cargo del mantenimiento ordinario como la jardinería, la iluminación y los elementos de madera del interior y, a cambio, puede abrirla al público para que se visite con guía de manera gratuita. Del conjunto medieval, uno de los atractivos principales es la capilla, un elemento que no es habitual en las torres defensivas. También llama la atención el recinto amurallado.

La Torre de Estrada forma parte importante de la historia del municipio de Val de San Vicente, y de hecho, hay elementos en el propio escudo local que están relacionados con la familia que fue titular desde el principio. «Además, es un polo de atracción de personas que quieren venir a ver la torre y el contenido del museo», añade Escobedo.

En relación con la histórica edificación, el Ayuntamiento cuenta con una ruta, basada en la descripción que aparece en el libro de Ana Cañil 'La mujer del maquis'.