
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El Ayuntamiento de Val de San Vicente deberá afrontar el pago de 349.500 euros para saldar la deuda de la obra de su piscina, construida hace más de diez años en Pesués, pero sin perspectivas de abrir por el momento. Para ello, se ha aprobado un suplemento de crédito por esa cantidad, que se transferirá al Consorcio de Infraestructuras Deportivas de Cantabria, desde donde se gestionan los pagos de los diferentes ayuntamientos que lo forman.
Si bien hasta ahora los que se venían realizando anualmente eran menores (como máximo solían rondar los 12.000 euros) e iban encaminados a encarar gastos de mantenimiento y jurídicos de la entidad, esta vez se ha contemplado transferir este importe para hacer frente a la última anualidad de la obra de construcción. Las anteriores cuotas han sido financiadas por el Gobierno regional de turno pero tras el cambio de siglas aún no existe compromiso de que se vaya a continuar con esta aportación, a expensas de una reunión solicitada al Ejecutivo a la que acudirán los tres alcaldes de los ayuntamientos con piscinas construidas bajo el paraguas del Consorcio.
Además de Val de San Vicente, están Ribamontán al Mar y Colindres, que sí tienen sus piscinas funcionando y tendrán que aportar una cantidad similar. Marina de Cudeyo, por su parte, estaba dentro de la agrupación pero se salió sin llegar a ver construida su piscina, por lo que no está pagando la obra, solo los gastos de funcionamiento. Suances y Torrelavega están procediendo a la liquidación para salir del Consorcio.
En el caso de Val de San Vicente, único ayuntamiento del Consorcio donde la piscina se ha construido pero no se ha abierto, el alcalde, Roberto Escobedo, solicitará a la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, y a la consejera de Deportes, Eva Guillermina Fernández, «que resuelvan junto al Ayuntamiento el tema de la financiación» para poder abrir la infraestructura, cuyo funcionamiento se estima que costaría a las arcas municipales entre 200.000 y 250.000 euros al año, una cantidad que, según el regidor, el municipio no puede afrontar. De hecho, señala que esta semana se ha aprobado en pleno subir el tipo impositivo del IBI para obtener 100.000 euros adicionales de recaudación anuales debido a los gastos que suponen los servicios ya existentes. «Imagínate con la piscina», apostilla.
El planteamiento que se barajaba hasta ahora era poder contar con el apoyo de otros ayuntamientos limítrofes para la financiación de la gestión, pero el alcalde lo descarta: «Aquella fórmula ya no es viable porque hubo consistorios a los que no les interesa».
¿Y por qué no se sale Val de San Vicente del Consorcio? «No nos podemos salir porque ya tenemos unas obligaciones, al tener piscina en el territorio», responde Escobedo, que afirma que quienes están en una situación diferente son aquellos municipios que estaban en un primer momento en la entidad pero que finalmente no vieron construida su piscina.
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