Los vándalos se ceban con el campo de fútbol de Unquera

Las personas que se han acercado a la instalación estos días han podido observar la magnitud de los destrozos perpetrados. Así, el cristal del lateral de la grada ha quedado hecho añicos, como el de uno de los banquillos del campo. Asimismo, los aseos se encuentran completamente destruidos: sus elementos han aparecido partidos en pedazos y han arrancado la puerta de acceso a uno de ellos.

A los restos de enseres y mobiliario del equipo que han dejado tirados por el campo, se ha sumado la basura que estos individuos dejaron esparcida: latas de bebida, cajas de vino, botellas, cajetillas de tabaco o bolsas de snaks, entre otros residuos del botellón que debieron realizar en la zona.

Los primeros en dar la voz de alarma fueron los operarios de la empresa adjudicataria del servicio de Jardines, que ayer acudieron a realizar las tareas de mantenimiento del campo de fútbol, e informaron de inmediato de lo sucedido a la Guardia Civil. El presidente del Club Atlético Deva, Ramón Sotres, lamentaba ayer los hechos y explicó que el sábado apareció roto el lateral de la grada, «que es un cristal plástico para cortar el viento» y, al día siguiente, ya se registraron los daños en los baños.

A pesar del desastre organizado, Sotres confía también en que el próximo fin de semana el Deva pueda jugar en Unquera. «Si la puerta del vestuario de los árbitros no funciona porque rompieron la manilla, se podrán vestir en la oficina», indicó.

En las últimas semanas, otra instalación municipal, la piscina cubierta ubicada en Pesués, también ha sido objeto de actuaciones vandálicas. Aunque la misma nunca se ha abierto al público desde su construcción hace una década, actualmente permanece abierta y ha sido objeto también de botellones en su interior.

La noticia fue ayer muy comentada por los vecinos de Unquera que criticaban y censuraban duramente estos episodios, que se ceban con el patrimonio local de todos los habitantes.