Hace dos semanas que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) anunció que procedería a la demolición «urgente» del paso procediendo a cerrarlo con vallas. El motivo fue la negativa del Ayuntamiento a proceder a clausurarlo con sus propios medios. Al mismo tiempo, cortaron también el paso de Los Tánagos.
Todos coinciden en el «peligro» que supone seguir pasando sobre la deteriorada estructura de 1905, pero los afectados exigen el compromiso de la sustitución urgente en el caso de que la solución sea su derribo. Demandan poder seguir moviéndose como hasta ahora, algo que ADIF insiste en que «no es de su competencia».
Entre los que acudieron este domingo a protestar, además de los propios vecinos, estuvieron profesionales afectados. «Para pasar de una explotación a otra por cualquier urgencia solemos venir por aquí; si no, hay que hacer unos cuantos kilómetros para dar toda la vuelta», lamentaba el veterinario local Joseba Odriozola. «Ahora tendré que desviarme y aún no sé ni por dónde podré hacer la ruta», comentaba, por su parte, la panadera Digna Rodríguez, que calificaba la situación como «una faena», tanto para los que están trabajando como para los que pasean por la zona. Uno de estos últimos es Nazario Cabeza que, ataviado con la ropa de montaña, hacía coincidir ayer su caminata diaria con la protesta. «Es una tragedia para todos los que pasamos por aquí y tendrán que buscar una alternativa, esto no se puede quedar así bajo ningún concepto», opinaba.
Por su parte, Marisol Hevia recordaba cómo de niña se desplazaba desde su casa a la de sus abuelos en bicicleta por el puente y lamentaba que, ahora, su hija no pueda hacer lo mismo para visitar a sus tíos. «No se puede acceder, tienes que venir por la nacional», sentenciaba.
Por parte de la Corporación municipal acudieron a la protesta representantes populares y regionalistas. El portavoz del PP, Carlos Hevia -oriundo del barrio- incidió en que el trastorno no sólo es para el agricultor sino «también para el que viene a casa del ganadero, el del pan, el que viene a buscar la leche... Aparte de los vecinos». Y consideró que «la vida en los pueblos ya tiene bastantes dificultades como para que se vean agravadas».
Por su parte, el concejal del PRC, Marcos Castro, recordó que ADIF tenía un convenio y «una servidumbre de paso» con la junta vecinal afectada y criticó el hecho de que ahora «no se quiera invertir en el puente teniendo en cuenta la problemática que acarrea con la comunicación entre pueblos importantes como Serdio Pesués y Prellezo», dijo.
Continúan las gestiones
Por su parte, el alcalde de Val de San Vicente, Roberto Escobedo (PSOE) -que no estuvo presente en la protesta- aseguró este domingo, a preguntas de este periódico, que «el Ayuntamiento no va a dejar que los vecinos se queden con la vía cortada» y que, en última instancia, asumirá los trabajos. No obstante, Escobedo insistió en que continúa realizando gestiones para que se hagan cargo Adif o el Ministerio de Fomento para que se permita el tránsito hasta que haya otra alternativa de paso. «El viernes hemos hablado del asunto por última vez y hemos enviado los informes correspondientes», comentó el regidor, convencido de que «se trata de una obra de interés, como lo son otras que se acometen desde el Ministerio». Además, sobre la argumentación por parte de Adif para apartarse de la obligación de la restitución de la estructura, el regidor considera que es una afirmación «discutible».
Mientras tanto, los vecinos no bajan la guardia. «Lucharemos hasta donde podamos y lo que nos dejen para que no nos quiten una parte vital de nuestro día a día», manifestaron. «Haremos lo que esté de nuestra mano para pararlo sí o sí», finaliza el dueño de la explotación y la vivienda más cercana al puente, Pedro Sañudo.
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