Jaime Díaz (PP) | Alcalde de Ruente

«Podrían venderse precintos para extraer lobos, como con el venado»

-¿Qué balance realiza de este primer año de legislatura?

-Está siendo un año muy productivo, en el que se aprecia la perfecta sintonía entre el Ayuntamiento y el Gobierno de Cantabria. En lo que llevamos de legislatura, ya se han ejecutado obras por un importe superior a los 600.000 euros.

-¿Por ejemplo?

-La mejora del abastecimiento de agua en Ucieda y Lamiña, la canalización de algunos arroyos, el premio Pueblo de Cantabria a Barcenillas, obras de hormigonado en los caminos de los cuatro núcleos... Además de que, si no pasa nada, de aquí a un mes finalizará la licitación de la obra para cubrir la pista polideportiva municipal, valorada en unos 500.000 euros, lo que supondrá un revulsivo para el municipio.

-Además de alcalde, es bombero forestal, por lo que está muy familiarizado con el territorio y conoce bien el problema del lobo. Europa ha dado un paso adelante para rebajar su estatus de protección. ¿Lo acabarán sacando de la lista de especies protegidas?

-No creo que se haya dado un paso importante. Simplemente Europa ha dicho que rebajará la protección sobre el lobo, pero el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha afirmado en una reunión reciente con la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, que no piensa cambiar el estatuto de protección del lobo. Que Europa se relaje en este aspecto no quiere decir que España pierda su soberanía. Pedro Sánchez y la ministra Teresa Ribera no quieren sacarlo del listado de especies amenazadas y hasta que eso no cambie, no hay nada que hacer.

-Uno de los argumentos en los que basó su salida del PRC y su adhesión al PP en la anterior cita electoral fue su desacuerdo con la política de gestión del lobo. Dijo que si salía elegido el PP iba a rebajar el estatus de la especie, pero no está en su mano. ¿Qué hay que hacer?

-La decisión, como he dicho, depende del Gobierno central. Todo lo demás, como acudir a los tribunales con una propuesta de matar determinados lobos, no son soluciones a la problemática del lobo.

-¿No atenúan el problema?

-No, tampoco. Es postureo político, porque esas propuestas terminan en nada. Al final, para matar un lobo en Ruente igual necesitas un expediente de dos mil folios. La única solución posible pasa por sacar al lobo del listado de especies protegidas y eso lo tiene que hacer el Gobierno de España para a continuación desarrollar los planes de gestión del lobo de las Comunidades Autónomas. En Cantabria debería haber cupos anuales para extraer lobos e, incluso, que se puedan vender precintos de lobo, como ya se hace con el venado. Lo demás es política y batallas complicadas.

-¿Le preocupan los incendios?

-Me gustaría no ser alarmista, porque según el Inventario Forestal Nacional, que indica cómo crecen las masas forestales, en Cantabria en los últimos años el crecimiento ha sido espectacular, pese a los incendios forestales, es decir, que la naturaleza se regenera con relativa facilidad y crece exponencialmente.

-¿En Ruente la población crece o decrece?

-Se mantiene estable. Quizá se produce un crecimiento menor de cuatro o cinco habitantes al año, que no es lo suficientemente reseñable como para afirmar que hay una tendencia creciente.

-Generar puestos de trabajo o construir viviendas sociales son dos de las alternativas a la despoblación. ¿Tiene alguna propuesta diferente para que los jóvenes se queden a vivir aquí?

-Ser más permeables a las propuestas de la iniciativa privada que surgen en el territorio. Como ejemplo, en Ruente tenemos el área de autocaravanas gracias a un promotor y al Ayuntamiento, que supo canalizar la idea y facilitó la obtención de permisos. Hay pocos municipios que cuenten con este servicio.

-Ruente es pionero en el festival Agrogay (este año Agrorgullo) que se celebra en Barcenillas.

-No es por ponerme medallas, porque los artífices de estos proyectos son los vecinos, pero es cierto que, como decía, hay una permeabilidad del Ayuntamiento al diálogo y a la escucha, lo que facilita la puesta en marcha de estas iniciativas vecinales. Al final, los que hacen que un municipio sea grande son los propios vecinos.

-¿Hay que poner límites al turismo masivo?

-Hay que cumplir las normas.

-Pero no está regulado.

-Me refiero a las normas urbanísticas. No soy partidario de decirle a las personas lo que tienen que hacer, pero creo que el debate sobre el turismo es una escenificación que se está haciendo con intereses políticos. Toda la vida ha habido más gente en julio y en agosto que el resto del año.

-Hay municipios turísticos en los que los vecinos tienen dificultades para residir en época estival. Aparte de por el encarecimiento de los servicios, por el incremento de los alquileres o del precio de la vivienda.

-Claro que hay problemas puntuales que habrá que solucionar, pero hablar de masificación en Cantabria, si lo comparas con Levante o las Islas Canarias... Aquí llevamos cuarenta años haciendo políticas enfocadas al turismo y ahora que parece que lo estamos empezando a conseguir, nos molestan los turistas. En verano en Cantabria te puede costar más aparcar cuando vas a la playa, pero enlazar esta cuestión con el tema de la vivienda y de la subida de los precios del alquiler me parece pasarse de frenada.

-¿Vive Ruente eminentemente de la ganadería?

-No, ya podemos empezar a hablar de un importante número de personas que se dedican a la Administración, a los servicios o trabajan en el ámbito industrial. Estamos bien comunicados y contamos con empresas de albañilería, carpintería, algunos negocios que se han ido estableciendo, como una tienda de ropa, la piscifactoría... Ruente tiene un tejido propio de pequeños autónomos.