![Un viaje al pasado en la Ferrería de Cades](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202108/27/media/cortadas/67148353-kcQF--1248x700@Diario%20Montanes.jpg)
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Vicente Cortabitarte
San Vicente de la Barquera
Viernes, 27 de agosto 2021, 07:18
Conocer, sentir y experimentar lo que fue la vida de los ferrones y la dura actividad que les rodeaba es lo que transmite la visita que ofrece la Ferrería de Cades (Herrerías), uno de los más antiguos de los numerosos ingenios hidráulicos que jalonan el ... cauce del río Nansa, cuyos muros y sus recuperados artilugios nos hablan de una forma de vida tradicional que fue muy importante desde mediados del siglo XVIII y hasta el final del siglo XIX.
En la actualidad, las naves de las antigua ferrería, junto al viejo molino, la casona de sus antiguos propietarios, unido a la infraestructura hidráulica de la pequeña presa con los canales y el bosque de ribera que les rodea, forman un singular y atractivo conjunto al que muchas personas se acercan para descubrir una actividad y una forma de vida que con la perspectiva del paso del tiempo nos parece casi irreal.
Para mostrarlo y acercar al visitante a esa experiencia, cuatro jóvenes del entorno del Valle del Nansa, Mariana Gámez, Rebeca Tuero, Yolanda Canales y Patricia Casado, guiarán por todo el proceso, convirtiéndose por momentos en ferrones para mostrar el funcionamiento de la compleja maquinaria con el atronador ruido de los fuelles y el martillo golpeando el mineral.
EL CONJUNTO
UBICACIÓN
«La mayor parte de los visitantes acaban el recorrido mostrándonos su satisfacción al descubrir una actividad y un oficio que fue muy importante en su época y del que no sabían nada. Se sorprenden de las duras condiciones de vida que tenían que soportar», destaca Mariana Gámez, tras hacer la demostración a una treinta de turistas que prácticamente completa los cuatro grupos que cada día hacen de la visita guiada.
Tras recorrer las diferentes salas con sus anchos muros de piedra de mampostería de la ferrería, el grupo se adentra en el pequeño molino con el que comparte la canalización del agua para descubrir otro de los oficios tradicionales de la Cantabria rural en el que también se muestra su funcionamiento haciendo girar gracias a la fuerza del agua las muelas para moler el maíz.
La visita concluye con un recorrido por los senderos del tupido bosque de ribera, en el que es palpable la satisfacción de los visitantes, como es el caso del matrimonio Martínez Dosal, de Valladolid que, a pesar de que llevan acudiendo a San Vicente desde hace doce años, no conocían la Ferrería. «La verdad que nos ha sorprendido muy gratamente, tanto el paraje como la ferrería y lo bien que nos lo han contado; ha sido una novedad que recomendaremos a todos nuestros amigos», señalan al finalizar la visita.
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