San Vicente se entrega a La Folía desde los balcones
San Vicente de la Barquera ·
Pese a la suspensión oficial de la fiesta por el Covid-19,los barquereños mostraron la devoción a su patrona a ritmo de pandereta e himno marineroSecciones
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Pese a la suspensión oficial de la fiesta por el Covid-19,los barquereños mostraron la devoción a su patrona a ritmo de pandereta e himno marineroVicente Cortabitarte
San Vicente de la Barquera
Domingo, 26 de abril 2020, 14:47
A ritmo de pandereta, los tradicionales cánticos de las picayas de San Vicente volvieron a sonar este domingo por todos los rincones de la villa barquereña. Todo un himno marinero y un signo de identidad, raíces y tradición que, año a año, se reproduce ... con motivo de la celebración de la fiesta de La Folía. En esta edición, la crisis sanitaria mundial del Covid-19 acabó con el formato habitual del festejo y se declaró incluso su suspensión oficial. Pero los vecinos no se resignaron a perderla, y revivieron la tradición de honrar a la patrona, la Virgen de la Barquera, desde sus balcones.
De acuerdo con el calendario del festejo centenario, este domingo era el día señalado para devolver a la patrona a las aguas por las que, según la leyenda, llegó en un lejano «martes de Pascua florido» a la villa. Un acontecimiento que se viene celebrando en el primer domingo después de la Semana Santa, coincidiendo con una buena pleamar a media tarde, que permita realizar la procesión marítima.
Este rito tradicional que congrega cada edición a miles de personas para embarcar o para poder seguir la escena desde la costa no se pudo celebrar como siempre había sucedido. No obstante, los barquereños no se resignaron a dejar pasar por alto esta fecha, y se sumaron desde el confinamiento obligado en sus casas a una celebración organizada por el Ayuntamiento de San Vicente, junto a las diferentes entidades que participan en el festejo.
Los marineros, tras regresar de faenar a lo largo de la semana por diferentes puertos, se afanaron a lo largo de todo el fin de semana, en engalanar los pesqueros, a pesar de que en esta ocasión no iban a recibir a esa tripulación especial para acompañar a la Virgen en su recorrido por el mar. Por su parte, muchos vecinos hicieron lo propio en sus balcones e incluso en muchas calles se colocaron guirnaldas y banderolas.
La escena fue diferente pero muy emotiva. La multitud no ocupó las calles y plazas de la villa esta vez, pero coincidió con el relajamiento de las medidas de confinamiento para los niños y algunos salieron a jugar con el traje típico de picayo o marinero.
Al mediodía, como suele ser habitual, se celebró la misa en honor a la patrona aunque, en esta ocasión, se hizo en su santuario y oficiada por el párroco José María Manzano. También se contó con la presencia de la presidenta de la Cofradía de la Virgen encargada del templo y de los técnicos que ayudaron en la retransmisión en directo del evento a través de la radio municipal y por internet. El religioso aprovechó el oficio para pedir protección a la patrona por todas las familias barquereñas y por el «pronto final de la pandemia sanitaria».
Tras la misa el ambiente festivo se trasladó a los balcones desde donde los integrantes de la Banda de Cornetas y Tambores, ataviados con sus tradicionales trajes marineros, rompieron el silencio en el que ha estado sumida la villa a lo largo de todos estos días de confinamiento. Se hizo sonar la marcha procesional con la que acompañan todos los años a la Virgen en su recorrido por las calles de San Vicente para llevarla hasta el puerto y a su santuario.
Más tarde llegó la actuación de las picayas, uno de los momentos más esperados de la fiesta todos los años. Pero en esta ocasión no fueron protagonistas únicamente las 18 seleccionadas como otros años, a ellas se sumaron muchas veteranas que han podido rememorar ese momento tan especial que viven las jóvenes barquereñas durante 2 o 3 años en su juventud. Todas ellas se encargaron de hacer sonar por toda la villa las viejas melodías acompañadas por las panderetas con las que se rinde tributo a la patrona, actuaciones que fueron seguidas por el resto de vecinos desde sus balcones, entre aplausos y brindis con el vermú o el vino como corresponde en La Folía.
A la 18.00 horas, momento en el que de acuerdo con la marea correspondería realizar el embarque de la Virgen, se hizo sonar la potente sirena del puerto con la que todos los años reciben los pescadores a la patrona.
La Folía del confinamiento se cerró a las 20.00 horas con un riguroso minuto de silencio en recuerdo de todos los fallecidos por el Covid-19, al que siguió un fuerte aplauso de los barquereños en honor de La Barquera.
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