San Vicente se moviliza en apoyo del proyecto del puerto deportivo anulado por los jueces

Un centenar de socios apoyaron ayer la convocatoria respaldados por todas las fuerzas políticas municipales con el alcalde Dionisio Luguera a la cabeza, el presidente de la Cofradía de Pescadores de San Vicente y la directiva de la asociación de empresarios locales (Afodeb), entre otros colectivos. El presidente del Club Náutico, Jacobo Gutiérrez, manifestó ante los asistentes la posición mayoritaria de la sociedad barquereña de no compartir la sentencia del TSJC por la necesidad imperiosa de los nuevos amarres previstos en el proyecto que ahora ha sido anulado. Destacó el problema de seguridad que implica la actual situación, señalando que «esta demanda no es un capricho de los socios del Club Náutico, que somos tan ecologistas como los que más, somos los primeros que queremos y respetamos nuestro entorno; por ello apoyamos este proyecto y pedimos que se subsanen los vacíos que tiene y que han provocado esta sentencia». manifestó.

Por su parte el alcalde barquereño, Dionisio Luguera, y el líder de la oposición, Julián Vélez (PP), también se dirigieron a los concentrados recordando el apoyo unánime que desde el primer momento ha recibido el proyecto por parte de la Corporación municipal, señalando que «seguiremos como hasta ahora luchando y trabajando unidos para llevar este proyecto a buen puerto».

Esa unidad queda reflejada en la moción suscrita por todas las fuerzas políticas representadas en el Consistorio que se llevará al próximo pleno y cuyo texto es similar al aprobado en el Parlamento de Cantabria. En esa moción se solicita que el proyecto de la ampliación del puerto deportivo sea declarado de interés público, al ser éste uno de los aspectos en los que más incide la sentencia, al considerar que no se encuentra suficientemente motivado dicho interés.

También se pide a la Consejería de Obras Públicas, si finalmente los servicios jurídicos así lo aconsejan, presentar el correspondiente recurso contra la sentencia y que, al mismo tiempo, se comience a trabajar en subsanar las deficiencias detectadas en el proyecto, para que pueda llevarse adelante si el recurso finalmente prospera o si por el contrario es rechazado, se ponga en marcha un nuevo proyecto sin esas deficiencias.