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El viejo puente de Virgen de la Peña continúa intacto y aún no se ha establecido una fecha concreta para su demolición. La antigua estructura permanece obsoleta sobre el río Saja y por ella ya no circula nada ni nadie desde que el pasado 23 de marzo ... se inaugurara el puente colgante que une Cabezón de la Sal y Mazcuerras. Que la plataforma de los años cuarenta será derribada se sabe desde que comenzase a hablarse del proyecto para construir un puente nuevo -hace al menos cinco años-, pero nadie sabe cuándo. Ni cómo.
Desde la Consejería de Obras Públicas explicaron ayer que «se están llevando a cabo los trámites burocráticos». Nada más. Hay quienes afirman que las obras de derribo ya han sido adjudicadas, pero no existen datos oficiales al respecto.
«Las barandillas se mueven y está cada vez peor», afirmó ayer el alcalde de Mazcuerras, Francisco Javier Camino. «Cuanto antes se derribe, mejor, porque de esta forma se evita que se realicen botellones u otro tipo de actividades, ya que es lo que suele suceder cuando se abandona una infraestructura como esta». Camino asegura no tener conocimiento de la fecha en que se ejecutará la demolición, pero considera que podría hacerse de cara al verano, «que es cuando dan permiso para entrar en el río».
Mientras, el puente une Virgen y Villanueva de la Peña como una cuerda floja. «Hay gente que todavía va todos los días a verlo», asegura el regidor. Aunque no tiene un gran valor histórico, sí emocional. Fue reconstruido en los años cuarenta, después de que el anterior -de madera- fuera alcanzado por un proyectil durante la Guerra Civil. Su imagen actual contrasta con la del nuevo puente colgante, que 'reina' sobre el paisaje con sus imponentes barandillas blancas y su aspecto de gran infraestructura. La plataforma colgante causa un reseñable «impacto visual» en un entorno rural, aseguran quienes lo atraviesan por primera vez. Su construcción no estuvo exenta de polémica, porque las obras se alargaron durante cinco años y tuvieron que superarse varios escollos -pandemia incluida-.
Sin embargo, nadie cuestiona las ventajas que supone tanto para los vecinos como para los conductores el nuevo puente, que es a su vez entrada al Valle de Cabuérniga. La estructura mide noventa metros y por ella pueden circular sin problemas dos vehículos a la vez en sentido contrario, algo que no ocurría con el anterior, cuya estrechez dificultaba el tráfico y ponía en peligro la seguridad de los peatones.
Las obras para demoler la antigua infraestructura conllevarán la presencia de máquinas de nuevo en el mismo punto. Entre estos dos pueblos unidos por dos puentes -de momento- sobre el río.
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