Las villas marineras quieren turistas todo el año

La abarrotada estampa de la pasada Semana Santa es la habitual en Cantabria, siempre que acompañe el sol. Y es que tradicionalmente es en estas fechas cuando se da el pistoletazo de salida a la temporada y arranca la afluencia de visitantes que llegará a su máximo apogeo en los meses de julio y agosto, para luego comenzar a desinflarse a medida que transcurre septiembre. Entonces, de nuevo, queda mirar al cielo a la espera de que se despejen las nubes y salga el sol. Precisamente esa es la dinámica con la que ahora quieren romper los de la Asociación Villas Marineras, conformada por San Vicente de la Barquera, Santoña y Laredo; junto a Llanes y Ribadesella (Asturias) y Baiona (Galicia).

Los seis municipios del norte están ahora volcados en animar el turismo fuera de los meses de verano. ¿La clave? Poner el foco sobre el pan de cada día y la esencia de sus puertos y lonjas, para lo que se está trabajando en desarrollar un programa de visitas guiadas, paseos en barco, talleres del mar y demostraciones de cómo se preparan los pesqueros pasa salir a faenar junto a muestras de oficios artesanales como las rederas y el sobado y fileteado de la anchoa. Todo ello en el marco del programa Experiencias de Turismo de España, financiado con fondos Next Generation e impulsado mediante el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Todavía falta por concretar muchos detalles, pero los responsables de la iniciativa ya concretan que para el desarrollo de lo que se tiene en mente se va a buscar desde el minuto cero el apoyo de los trabajadores y trabajadoras de los puertos y lonjas. En concreto, se plantea impulsar en el marco de esta iniciativa la creación de redes de actores locales en la que se implicará al sector turístico y al del mar, así como a los propios residentes.

Por otro lado, otro de los ingredientes del programa es que, junto a la red de actores, se va a ensalzar la propia historia de las gentes de las villas marineras al tiempo que se pone en valor su cultura y tradición desde sus orígenes, para lo que se va a llevar a cabo una búsqueda de relatos únicos que se digitalizarán y se les dará el lugar que merecen para que no sean pasto del olvido.

San Vicente de la Barquera, Santoña, Laredo, Llanes, Ribadesella y Baiona. Todos ellos han demostrado que son destinos con muchas redes para pescar a los turistas, pero primordialmente en la época estival. Por lo que el horizonte ahora es «vivir del mar todo el año», tal como concretan las villas marineras implicadas en el proyecto, que a su vez quieren «enseñar a protegerlo para que todos los colectivos puedan disfrutar de él». Además, el programa −que forma parte de una estrategia de desarrollo de producto, promoción y comercialización que la entidad viene promoviendo desde hace más de 20 años− está focalizado no sólo en los visitantes a nivel nacional, también pretende un posicionamiento internacional, aportándole al turista vivencias únicas y experiencias completas. De esta forma, quieren crear una simbiosis entre el mar y los visitantes más férrea, y que no únicamente se quede extralimitado a un intenso pero breve amor de verano.