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«¡Mamá, mamá... Está la poli!». Lo dice un niño que no llega a los seis años de edad al percatarse de la patrulla de ... Policía Local de Piélagos que está vigilando desde el otro lado de la carretera. Mientras, las decenas de asistentes que han acudido a la casa de la Navidad de Parbayón se van dispersando. Acaba de terminar uno de los pases de luz y sonido y toca volver al coche. Hay quienes lo han dejado aparcado enfrente, así que tendrán que cruzar la carretera 'jugándosela' y ante la atenta mirada de los agentes. Y lo hacen.
Esa presencia policial de ayer por la tarde -el lunes, día festivo, acudió la Guardia Civil para advertir a los conductores- es, principalmente, lo que ha cambiado desde que el pasado viernes, el mismo día de la Lotería Nacional, Francisco Cano decidiera inaugurar su iluminación navideña. Que se sepa, no le tocó ningún 'piquito' del sorteo. Lo que sí le llegó fue la notificación de la resolución adoptada por el Ayuntamiento de Piélagos a raíz de haberse descartado del Plan de Autoprotección que le había pedido el Ayuntamiento.
En dicha resolución, a la que ha tenido acceso El Diario Montañés, se le advertía de que «en el caso de llevar a cabo cualquier acto o actividad complementaria que sobrepase la mera acción decorativa de la vivienda, en caso de producirse una congregación importante de personas que implique un riesgo importante para la seguridad vial y/o utilización indebida de los viales públicos, previo los informes pertinentes tanto de la Policía Local como del departamento jurídico municipal, el Ayuntamiento podrá decretar la tramitación de la correspondiente licencia de actividad prevista en la Ley 3/2017, de 5 de abril, de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Cantabria, si considera que la actividad desarrollada va más allá del ámbito familiar y privado, pasando a tener la consideración de espectáculo público».
Este particular, electricista de profesión, viene compartiendo en su casa la que es su mayor afición con un público improvisado cada vez, que acaba ensimismado. La espectacularidad de los motivos navideños, que se encienden o apagan al son de la música en un baile visual hecho al detalle, es aplaudida por niños, jóvenes y adultos y se ha convertido en un atractivo casi viral dentro y fuera de la región. Y ahí reside, precisamente, el origen de la controversia: el caos circulatorio que se genera a escasos metros -en la carretera nacional anexa- y del que ya avisó Tráfico al Ayuntamiento de Piélagos antes incluso de que el hombre procediera al encendido. Dicha advertencia hablaba del riesgo importante para la seguridad vial de la zona y de la necesidad de adoptar medidas para regular el tráfico.
Desde que la polémica saltara a luz, los corrillos que se crean a los pies de la casa ya no giran solamente en torno a la espectacularidad de la iluminación que tienen delante. «¿No lo puede poner? Pero si es su casa, ¡Cómo puede ser!», comenta un hombre con marcado acento vasco al otro lado de la verja. Se acaba de enterar de que no está previsto que vaya a haber más pases en los próximos minutos. Es martes y una mujer le saca de la duda: «La Policía Local estaba hace un momento y ayer estuvo la Guardia Civil», le dice.
El propietario, que ha puesto el caso en manos de un abogado y ha presentado un recurso en el juzgado al día siguiente de recibir la notificación, aseguraba ayer sentirse «perseguido». Por eso ya no hace pases fijos, como otros años. «Solo si me lo piden».
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