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La ejecución de la demolición de las siete viviendas afectadas por sentencia de derribo en la urbanización de Liencres conocida como Calas del Norte –dentro del deslinde marítimo– podría no llevarse a efecto en la fecha prevista, el próximo 2 de octubre, debido a ... que quedan aún dos flecos ineludibles por resolver en el procedimiento. Uno relativo al incidente de inejecución de sentencia que presentaron los afectados y sobre el que el juzgado aún no se ha pronunciado, y otro por el convenio que todavía no han cerrado dos de los propietarios, los únicos que aún no han entregado las llaves de sus inmuebles.
El tema de los derribos sigue aportando capítulos a una historia negra, con un final previsible pero todavía por escribir, para el urbanismo de Piélagos y, en especial, para las familias afectadas y damnificadas desde hace décadas. Estos días, tras las habituales notificaciones por parte del Ayuntamiento al juzgado se ha generado revuelo entre los afectados debido a que en uno de esos documentos aparecía la fecha de ejecución: el 2 de octubre. Aunque la fecha de demolición ya estaba acordada por parte del Ayuntamiento y la notificación se ha remitido a modo de recordatorio a la sala, todo parece apuntar a que, para la fecha prevista, dentro de algo más de tres semanas, la ejecución será inasumible. Básicamente, porque queda supeditada a dos vías que continúan abiertas. Dicho de otro modo, sin su resolución, el derribo se convierte en inoficioso en la fecha programada.
Aspectos pendientes
La situación actual de Calas del Norte es la siguiente: de las siete viviendas sobre las que pende la espada de Damocles, cinco ya están en manos del Gobierno de Cantabria, después de que los propietarios llegaran a un acuerdo económico y entregaran las llaves. Ahora, la titularidad ya es del Ejecutivo regional. Las otras dos aún mantienen la titularidad original, esto es, la de sus propietarios y también residentes, que todavía están cerrando un acuerdo y, por tanto, las negociaciones siguen abiertas. Uno de ellos está cerrando un convenio para recibir una casa en compensación por la que deja en Liencres. El otro está finalizando la gestión para recibir una indemnización. Esto se traduce en que, técnicamente, mientras todavía queden dos propietarios sin firmar su acuerdo, la piqueta no puede entrar a hacer su trabajo.
Por otro lado, está el incidente de inejecución de sentencia que presentó el núcleo de los afectados en base al error que se apreció en el pliego de contratación que diseñó el Ayuntamiento de Piélagos para adjudicar los trabajos de demolición. Dicho pliego comprendía el derribo de la urbanización Calas del Norte, pero las sentencias de derribo afectaban a las viviendas, no al conjunto de la urbanización. Con lo cuál, y más aún cuando todavía hay propietarios viviendo, el juzgado deberá pronunciarse al respecto. De fallar a favor del incidente de inejecución presentado por los afectados, el Consistorio debería sacar un nuevo pliego y volver a adjudicar la demolición.
Desde hace unos días, el Ayuntamiento de Piélagos ha intensificado los contactos con los afectados, en vista de la alarma que ha suscitado la notificación de la fecha de ejecución. Ayer, el alcalde, Carlos Caramés, afirmó que si en los últimos días de septiembre el juzgado no ha notificado su postura respecto a la inejecución, el Consistorio tendría que paralizar la demolición. Al menos, mientras no se aclare el asunto. Y, por otro lado, con dos convenios aún por cerrar, tampoco se podría ejecutar.
El portavoz de los afectados por sentencia de derribo de Liencres, Didier Fleury, que pidió no crear «alarmismo» ante un tema «tan sensible», aseguró ayer que el plan inicial previsto para el derribo Calas del Norte no puede situarse en una fecha concreta. Porque aunque esta esté contemplada, queda supeditada a lo que tienen ahora que decir los jueces respecto al fallo cometido en el pliego de contratación y a que los dos propietarios cierren su acuerdo. Mientras tanto, «no se pueden mover banderas rojas innecesarias». Por otro lado, no descarta que el caso llegue al Tribunal Supremo, habida cuenta de que el nuevo Plan General (PGOU) de Piélagos contempla el suelo como «urbano».
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