Destrozan haciendo trompos una finca de aeromodelismo en Quijano

Desde hace 18 años, la asociación Aeropiélagos, fundada en septiembre de 2004 por 30 socios, alquila a un vecino de Quijano de Piélagos una finca de algo más de 9.000 metros cuadrados para echar a volar sus aviones de aeromodelismo (aparatos a escala de los reales). Cuidan y miman el terreno para que sus réplicas, algunas de hasta 6.000 euros, no sufran daños. Por eso el mantenimiento es «constante» y también por eso no van a consentir que quien ha destrozado el terreno por tercera vez se vaya de rositas.

El pasado jueves 12 de enero, por la mañana, uno de los miembros de la asociación se dirigía a la finca con la intención de echar a volar sus aviones cuando se encontró con el suelo con las tripas por fuera. La historia se volvía a repetir, pero en esta ocasión el daño era mayor: «Toda la pista estaba marcada, como si alguien lo hubiera hecho para incordiar, porque el terreno quedó impracticable», cuentan.

Aunque la asociación insiste en que nunca han tenido problemas, no es la primera vez que la finca es objeto de trompos. «Ya pasó en otras dos ocasiones y fue en fin de semana. Eran críos que iban de botellón, cosas de chavales, pero se les pilló y se quedó la cosa ahí. Esta vez ha sido con saña, con ánimo de estropear la pista y entre semana, de miércoles a jueves, algo extraño...», explica José Antonio Diego, socio de Aeropiélagos y el responsable de acudir al cuartel de la Guardia Civil en Renedo para interponer una denuncia.

Los pilotos de aeromodelaje explican que la pista, que se usa a diario, aunque los fines de semana y festivos tiene más movimiento, debe estar rasurada, muy lisa, como el green de un campo de golf para que las ruedas pequeñas puedan rodar y el aparato no vaya dando tumbos. El objetivo de cuidar el césped es doble. Por un lado que el avión pueda coger la suficiente fuerza para despegar y por otro, evitar accidentes que acaben repercutiendo a la cartera del dueño. ¿Cuánto cuestan este tipo de aviones? «El más caro que tenemos en la asociación vale 6.000 euros, pero los hay desde 300», cuenta Diego, que aunque no resta importancia al valor de los aparatos, indica que el tiempo que tardas en remplazar la pieza también es un incordio.

A la pregunta de si sus aviones hacen tanto ruido como para molestar a algún vecino, la asociación responde con contundencia: «Los agentes nos preguntaron si sospechábamos de alguien, pero no sabemos quién ha podido ser. La mayoría de nuestros aviones son eléctricos y no meten ruido, nunca nadie se ha quejado de que molestemos».

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