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Con el inicio de curso ya a la vuelta de la esquina, son numerosas las familias de la zona norte de Piélagos -Liencres, Mortera y Boo- que aún no saben cómo van a hacer para que sus hijos lleguen cada día a su hora al instituto a Santander ahora que ya no pueden coger el transporte escolar porque han terminado la enseñanza obligatoria y ya no les corresponde. Todo ello teniendo en cuenta que tampoco pueden arreglarse con el autobús de línea, porque la ruta no llega al destino que necesitan, que es mayoritariamente el entorno de El Alisal, y que la posibilidad de llevarlos en coche dependería de poder ajustar sus propios horarios laborales -una opción inviable en la mayor parte de los casos-. Este problema se repite cada septiembre también en otros municipios de la región, obligando a las familias a buscar la manera de resolver ese trastorno cuando sus hijos dan el salto a Bachiller, FP o a la Universidad. Y una solución es lo que reclaman las familias afectadas de Piélagos, que han recabado firmas y han presentado su petición ante la Consejería de Educación y el Ayuntamiento de Piélagos.
Patricia Trueba
Vecina de Liencres
Gema Camus
Vecina de Liencres
«Sólo queremos un transporte para nuestros hijos, un plan de movilidad que ayude a las familias que no se pueden encargar de llevarlos a los centros de estudios», señala Patricia Trueba, vecina de Liencres y madre de tres hijas, de las cuales solo una podrá subirse al autobús escolar. Hace tiempo se les habló de un proyecto piloto para evitar que se diera esta situación, pero «no termina de llegar», recuerda.
«No nos negamos a pagar un servicio, pero queremos que sea un estamento público el que lo gestione, porque nosotros no podemos contratar un autobús», asegura Gema Camus, otra madre que también es vecina de Liencres y que comparte la misma problemática. En su caso, yendo sus dos hijos al mismo instituto, el menor tendría el transporte cubierto, porque aún está en la ESO, pero el mayor no. En vista de que nadie les da alternativas, ya se están planteando la posibilidad de que un grupo de padres se puedan ir rotando para trasladar a sus hijos durante el curso, para lo que será necesario cambiar horarios de trabajo. «Nosotros porque nos conocemos, pero hay muchas madres y padres afectados, calculo que medio centenar solo en la zona de Liencres, que lo van a tener complicado», añade esta mujer.
Al alcalde de Piélagos, Carlos Caramés, no le es ajena esta reivindicación. «He hablado con las familias y he trasladado el asunto a Transportes e incluso he intentado gestionar un autobús a nivel municipal», asegura Caramés, lamentando que la segunda vía no sea posible, ya que se trata de desplazamientos, puntualizó, fuera del municipio.
El regidor afirma que en Renedo sucedía algo parecido, pero que se solucionó a través del AMPA, que contrató un autobús. En el caso de la zona norte de Piélagos es diferente, advierte, porque los traslados van desde diferentes puntos a cuatro o cinco centros distintos de Santander. Por eso, dijo, «no hay posibilidad de que la vía de solución vaya tampoco por ahí». Para el regidor, la solución pasa en estos momentos porque se construya el nuevo instituto, donde se podrá impartir esa educación no obligatoria sin salir del municipio. Algo que no llegará pronto y que de poco consuelo sirve para las decenas de familias que afrontarán el problema del traslado de sus hijos en cuestión de semanas.
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