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El jurado popular encargado de juzgar a Ángel R. C. (19 años) y Rubén G. A. (20 años) por la muerte de Carlos Cubillas (21 ... años) el 3 de febrero de 2024, en la estación de tren de Boo de Piélagos, tendrán que decidir dentro de unos días si los acusados tuvieron intención de matar a la víctima (homicidio doloso) –como sostienen las acusaciones,– o simplemente se trató de «un accidente», como mantienen las defensas. No obstante, cabe una tercera posibilidad, una opción intermedia. Y es que sean autores de un homicidio imprudente. La decisión la tendrán que tomar los jueces legos el próximo viernes, una vez finalizado el juicio, que comenzó este viernes en la Sección Tercera con las cuestiones previas.
Pasadas las doce y media comparecieron en el salón de actos de las Salesas los encargados de enjuiciar este caso, después de una selección que se prolongó durante hora y media aproximadamente.
La sesión comenzó con la lectura de los escritos de acusación de la Fiscalía y el letrado que representa a la familia de la víctima. El Ministerio Público solicita a los acusados un castigo de 13 años de cárcel por un homicidio doloso y una indemnización de 163.000 euros en concepto de responsabilidad civil. En su caso, la acusación particular entiende que los investigados son autores de los delitos de homicidio y omisión del deber de socorro, por los que pide doce años y medio de prisión, 3.000 euros de multa y una indemnización de 170.500 euros.
De su lado, las defensas interesan la libre absolución de los dos acusados al considerar que no son autores de los hechos que se les imputa.
Durante su informe previo, la fiscal que lleva este caso, Felicidad Andrés, relató que tanto los acusados como la víctima, que el día de los hechos venían de fiesta de Santander y se encontraban bajo los efectos del alcohol, no se conocían. Todos ellos se dirigían a sus respectivas casas –los acusados a Piélagos y la víctima a Requejada– en tren, en vagones diferentes. Por causas que se desconocen, Cubillas se dirigió al último vagón en el que se encontraban Ángel y Rubén, iniciándose una discusión por una cosa «muy tonta» por un pendiente. La discusión acabó con Cubillas bajando del tren en la estación de Boo de Piélagos. «No tenemos muy claro si baja o le bajan». A continuación, los dos acusados «le agreden» y parece ser, según la fiscal, que Cubillas intentó defenderse, «aunque debió hacerlo mal porque Ángel y Rubén no presentaban ninguna lesión».
Entonces, la víctima, que presentaba marcas en la cara y dejó restos de sangre en un poste con el que se golpeó, cayó en el andén como consecuencia de «las patadas y puñetazos que recibió, también en el suelo». Intentó incorparse cuanto estaba al borde del andén pero no tenía visibilidad y tenía los brazos impedidos porque en ese momento tenía la ropa subida. En esa situación, recibió una «última patada» con la que salió despedido, «propulsado», y acabó cayendo de forma «rara» sobre las vías, como un «peso muerto». «No cayó al borde del andén», aclaró la fiscal, con la intención de descartar una caída accidental o fortuita. Después, los acusados «abandonaron tranquilamente el lugar para irse a sus a casas –que estaban cerca de la estación– a dormir, dejando tirado al joven sobre las vías del tren». Cubillas murió «prácticamente al instante», al cabo de «uno o dos minutos» de caer a la vía.
Tras adherirse a este relato, la acusación particular pidió al jurado que dejen de lado el «tema sentimental» por el hecho de que los acusados sean dos jóvenes de veinte años, como la víctima. «Tienen que ser responsables de sus actos y hay datos que ponen de manifiesto que los acusados asumen el resultado. No pararon. Pudieron haber parado y haber dicho: 'Hemos ganado la pelea'. Pero siguieron y de una patada lo tiraron a la vía sin que Carlos pudiera defenderse. Esto no es un homicidio imprudente, es doloso. Querían que muriera».
Por contra, las defensas consideran que la muerte de Cubillas fue «accidental» y que el relato de las acusaciones es fruto de la «imaginación» y no se sustenta «en prueba alguna». En este sentido, han señalado que los forenses no dejan claro en la autopsia «si la muerte fue de tipo homicida o accidental».
El juicio se retomará el próximo martes, 1 de abril, con las declaraciones de los testigos. Tres de ellos son piezas claves en esta caso, ya que dos chicas fueron testigos directos de la agresión que sufrió Cubillas y de esa última patada que recibió antes de caer a las vías del tren, donde falleció. Un tercero, amigo de los acusados, también presenció la caída desde el mismo tren en el que viajaban todos.
El miércoles será el turno de los peritos y el jueves se celebrará el interrogatorio de los dos acusados, así como las conclusiones de las partes. El viernes el jurado recibirá el objeto del veredicto.
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