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M. PÉREZ
SANTANDER.
Martes, 24 de diciembre 2019, 07:16
El juez envió ayer a prisión al vecino de Maliaño detenido el pasado sábado como presunto autor de los disparos que causaron heridas a otro hombre en Renedo de Piélagos ... . El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Santander entiende que los hechos pueden ser constitutivos de una tentativa de homicidio por lo que ordenó su ingreso en la cárcel de forma provisional, comunicada y sin fianza. L.M.L.G., de 37 años de edad, entró en prisión inmediatamente después de su salida de los juzgados.
La agresión se produjo el sábado, minutos más tarde de las nueve de la mañana, cuando la víctima se hallaba en el portal de su casa, aunque todavía no ha trascendido el modo en que se produjo el tiroteo. Cabe suponer que los investigadores habrán conseguido la correlación de los hechos a raíz de los interrogatorios realizados a los testigos y el presunto agresor. El herido, de 41 años y natural de Monte, quedó ingresado en estado grave en el hospital de Vadecilla. Presentaba dos impactos de bala en el pecho y una clavícula.
La versión de la Guardia Civil comienza cuando varios vecinos avisaron de que habían escuchado ruidos similares a detonaciones en el Barrio Llosocampo y visto a un hombre caminando con un arma corta en la mano. Varias patrullas acudieron al lugar y se encontraron con un hombre ensangrentado tendido en el suelo. La víctima recibía ya atención médica y fue trasladada en una ambulancia al hospital de Valdecilla.
Los agentes detuvieron al sospechoso minutos más tarde durante el correspondiente operativo de búsqueda. L.M.L.G. apenas se había alejado del lugar de la agresión hasta una calle próxima, aunque, al parecer, sí tuvo tiempo para deshacerse del revólver arrojándolo a una finca por encima de un muro. No obstante, la Guardia Civil recuperó el arma, que ha sido analizada por los servicios de criminalística del instituto armado para corroborar que es la utilizada en el tiroteo. En total, el presunto autor llegó a disparar en seis ocasiones, aunque sólo dos proyectiles alcanzaron a su víctima, que salió herida «de forma milagrosa», según los vecinos del inmueble. Después de recibir los tiros, el hombre sufrió un fuerte impacto contra el suelo tras precipitarse por la barandilla desde una altura de tres metros.
El titular del juzgado mantiene abierta la investigación del caso, cuyo móvil no ha sido hecho público. Tampoco ha trascendido si entre el presunto agresor y su víctima existía alguna relación familiar o laboral o si los hechos pudieran obedecer a un ajuste de cuentas. Tras la detención de L.M.L.G., la Guardia Civil declaró que mantenía abiertas todas las hipótesis posibles.
Casualmente, los hechos se produjeron pocos días después de que un hombre de origen uruguayo falleciera en otra refriega ocurrida el 13 de diciembre en Miengo, donde residía como okupa en una urbanización desde hacía alrededor de un año. El caso, resuelto a tiros como el de Renedo, se ve revestido de aspectos más escabrosos: a la víctima le cortaron un dedo y fue arrastrada por su asesino, o asesinos, desde la vivienda hasta la calle antes de ser ajusticiada. Presentaba varias heridas letales y las llaves de su domicilio estaban sobre su cabeza.
Enfrente del lugar donde apareció el cadáver había un garaje con «muchos coches de alta gama» en su interior y algún vecino vio movimientos en la lonja durante la noche, antes de que las detonaciones, «como petardos», despertasen a la urbanización. El antecedente más próximo a este caso fue el asesinato a balazos en un portal de Monte, en Santander, de un joven colombiano de 33 años.
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