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El titular del Juzgado de Instrucción N°4 de Santander, Luis Enrique García, ha dictado auto de apertura de juicio oral contra los dos acusados del ... crimen de Boo de Piélagos, para los que la Fiscalía solicita 13 años de cárcel por homicidio doloso y la acusación particular 12 años y medio por el mismo delito y 3.000 euros de multa por omisión del deber de socorro.
El suceso tuvo lugar sobre las siete de la mañana del 3 de febrero, sábado, en el apeadero de Boo, donde se bajaron los acusados -Ángel R. C. y Rubén G. A., actualmente ambos en prisión provisional- y la víctima (Carlos Cubillas, un joven de 21 años de Polanco) después de una breve discusión dentro del tren, procedente de Santander, minutos antes. Ya fuera del convoy se produjo una agresión conjunta durante la cual los dos procesados propinaron puñetazos y patadas al chico de Polanco, hasta arrojarle a las vías del tren, donde falleció.
Ayer, jueves, se celebró una vista en la que las acusaciones interesaron al juez que diera este paso y remitiese la causa a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, encargada de presidir el juicio con tribunal de jurado. De su lado, las defensa solicitaron el sobreseimiento o, alternativamente, transformar las actuaciones en procedimiento abreviado para continuar las mismas por la comisión de un posible delito de homicidio imprudente.
Sin más dilación, el instructor ha atendido la petición de las acusaciones y ha dictado el auto de apertura de juicio oral, en que también acuerda que los dos acusados continúen en prisión provisional y les requiere para que presten una fianza de 217.333 euros para asegurar que harán frente a las responsabilidades civiles en que pudieran haber incurrido.
El juez abre juicio oral tras constatar la existencia de indicios delictivos contra ambos y después de recibir los escritos de acusación del ministerio fiscal y de la acusación particular, así como los de defensa de los investigados, que piden su libre absolución.
La Fiscalía, en su escrito de calificación, les considera autores de un delito consumado de homicidio doloso con la concurrencia de la circunstancia agravante de la responsabilidad penal de abuso de superioridad. Por eso, solicita una pena para cada uno de ellos de trece años de prisión, diez años de libertad vigilada tras la pena privativa de libertad y catorce años de alejamiento y prohibición de comunicar con los familiares de la víctima. Además, en concepto de responsabilidad civil reclama que los dos investigados indemnicen de manera conjunta a los familiares en 163.000 euros por el daño moral causado.
Por su parte, la acusación particular, que ejerce la familia del fallecido, entiende que los investigados son autores de los delitos de homicidio y omisión del deber de socorro, por lo que solicitan una pena de doce años y medio de prisión, 3.000 euros de multa y una indemnización de 170.500 euros.
En su auto el juez recoge los hechos que deben ser sometidos a enjuiciamiento y relata que los dos acusados y la víctima viajaban sobre las seis y media de la mañana del pasado 3 de febrero en un tren que partía desde Santander hacia Boo de Piélagos. Los dos investigados lo hacían en el último vagón, mientras que el fallecido iba en un vagón más adelante junto a varios amigos.
Mucho antes de llegar a Boo de Piélagos, la víctima «se dirigió al vagón que ocupaban los acusados, iniciándose entre ellos una disputa verbal». Una vez detenido el tren en Boo, los tres bajaron al andén «y continuaron su disputa, empleando recíprocamente la fuerza física». «Durante la pelea –continúa el auto- los acusados, con el propósito común de menoscabar su integridad física, valiéndose de su ventaja numérica y física, propinaron puñetazos y patadas al joven, haciéndole caer al suelo, reduciendo significativamente sus posibilidades de defensa».
Entonces, «con intención de acabar con su vida, o al menos representándose la probabilidad de que el mismo falleciese a causa de sus actos, continuaron golpeándole mientras se encontraba en el suelo y con su movilidad reducida, al quedar trabados sus brazos durante la pelea con la sudadera que vestía, hasta lanzarlo desde el andén a las vías férreas a una altura aproximada de un metro, siendo proyectado por la violencia de los golpes casi un metro del borde del andén».
En la caída, la víctima «se golpeó, con ambas escápulas, sobre uno de los raíles, sin poder protegerse, estando impedidos sus brazos al tener la sudadera levantada, quedando tendido inerte y boca arriba sobre la vía, produciéndose su muerte instantes después».
Según este mismo relato, tras arrojar al joven a la vía los acusados «con total desprecio hacia la víctima, conscientes de que lo dejaban moribundo sobre las vías del tren, sin posibilidad de salir de las mismas, decidieron huir». Además, antes de irse a dormir «comentaron lo sucedido con sus amigos, a quienes instaron a borrar todos los mensajes o conversaciones mantenidas al respecto de lo sucedido, con el fin de evitar ser inculpados».
Estos son los hechos justiciables que el magistrado García considera que deben someterse a enjuiciamiento por parte del tribunal del jurado. Por eso, emplaza a las partes a que en el término de quince días se personen ante el órgano de enjuiciamiento competente, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
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Ana del Castillo
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