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Los muñecos son los protagonistas del espectáculo. Fotos: Roberto Ruiz | Vídeo: Héctor Diaz

La Navidad se enciende en Parbayón

El espectáculo de luces y sonido de la casa más navideña de Cantabria se ha convertido en un atractivo obligado para los amantes de las fiestas

María Causo

Santander

Martes, 17 de diciembre 2019, 07:12

«Por el camino que lleva a Belén», dice el tradicional villancico. Bien. Pues ese camino, hoy en día, pasa por Parbayón. La localidad de dos mil habitantes se ha convertido en uno de los principales fenómenos navideños de la región. Y se aprecia desde la distancia. Un horizonte marcado por el tintineo de luces de varios colores y un tráfico ralentizado indica que nos acercamos al barrio El Jurrió. Allí se ubica la casa del electricista cántabro Francisco Cano, decorada con más de 34.000 luces y que, desde hace diez años, se ha convertido en un atractivo y en visita obligatoria para los amantes de la ornamentación navideña.

Desde este sábado, el prado situado frente a la vivienda -y a un paso de la carretera nacional- se convierte en un festival de luces al que se acercan pequeños y no tan pequeños. El buen rato está asegurado. «Es algo único en Cantabria», señalaba Gema del Río, que trajo a su hijo y su sobrina desde Torrelavega para admirar la obra. Y no es para menos. Como ya es tradición, Cano abrió ayer su espectáculo de luces en el 'pase' de las 19.00 horas -hay otro a las 20.00 horas y un tercero a las 21.00 horas- iluminando el suelo del jardín, los árboles, el tejado y las figuras navideñas instaladas, como varios renos y un portal de belén.

¿Los protagonistas de este año? Un muñeco de nieve y un Papá Noel. La sesión comienza cuando Santa Claus está roncando y el muñeco helado le despierta para decirle que es el momento de encender las luces. «¿Ahora?», pregunta Papá Noel. Pero con el ánimo de su compañero y del público, comienza una cuenta atrás que termina con una explosión musical. A ritmo de 'Feliz Navidad', comienza un baile de colores y animación que se transmite a los allí congregados. Niños saltando, bailando y padres grabándolo con los móviles. Ya es todo un acontecimiento.

Sin embargo, a los tres minutos vuelve la oscuridad. Diez segundos con la casa en penumbra que dejan al público mirándose desconcertado entre sí. Ha sabido a poco. Pero antes de que llegue el desánimo, los muñecos vuelven a iniciar una conversación. «Ha estado bien», dice el muñeco de nieve. «Sí, pero hace falta un poco más de caña», responde Papá Noel. Y entonces se reitera el espectáculo lumínico. Esta vez con mayor potencia. Al ritmo que pide la música electrónica que suena de fondo. A las 19.05 horas, la actuación termina. La música acaba y de la itinerancia de luces se pasa a una iluminación fija e inmóvil. Mientras la mayoría de visitantes y curiosos se dirige a sus coches, Carlos y Laura posan en un selfi con sus gemelas de cinco años. «Vamos a pasar la foto a los abuelos y, además, hacemos tiempo a que se vaya toda la gente. Hay mucho trasiego de coches ahora», explican. Mientras, las dos pequeñas corretean por el prado fijándose en los pequeños detalles de la decoración. «Mamá, aquí hay dos renos», dice una de ellas. «Y ese de allí es el niño Jesús», responde la otra. Está claro que Francisco y su vivienda de Parbayón han dado con la tecla para proclamarse como la casa más navideña de Cantabria. A ver cómo nos sorprenden el año que viene.

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