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El Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana aprobó el desestimiento del deslinde con Piélagos para tratar de reconducir, por la vía del «consenso», a un acuerdo que ponga fin a la controversia que mantienen desde hace casi una década ambas administaciones sobre un terreno próximo ... a la rotonda que conecta Mompía y Mortera -a escasos metros del acceso que da a la urbanización legal del Cuco-, en el que se ha visto afectada una vivienda unifamiliar. Una vía al diálogo abierta a la que está dispuesto el alcalde de Piélagos, Carlos Caramés, que ya ha trasladado a su homóloga su predisposición a solucionarlo.
«Nos hemos puesto en contacto con Piélagos y tanto nuestra intención como la suya» es llegar a un «acuerdo para solucionar este desajuste» que lleva años «dando tumbos». Así lo explicó la alcaldesa, Carmen Pérez, en el Pleno que aprobó con los votos a favor de PP, Vox y Advi -PSOE votó en contra- el desestimiento. «El anterior equipo de gobierno decidió de forma unilateral iniciar una huida hacia adelante», espetó la regidora.
Por su parte, el líder socialista y antecesor en la Alcaldía, Alberto García Onandía, aseguró que este asunto es un «nudo gordiano que hay que resolver», pero «no pasa por el desestimiento» porque «creemos y apostamos todavía por la propuesta» que su gobierno inició.
El conflicto por el deslinde se remonta años atrás. Casi hace una década. En 2015, un matrimonio adquirió el terreno en cuestión para construir una vivienda. Empezaron los trámites para edificar y el Ayuntamiento de Bezana le concedió la licencia de obra que luego se puso en tela de juicio porque, una vez iniciados los primeros trabajos, ya por 2017, Piélagos ordenó la paralización de las obras al considerar que se estaban realizando en su término municipal. Los propietarios recurrieron a la vía judicial y, finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) les dio la razón en su auto del 14 de julio de 2020 en el que ordenó a Bezana que autorizara el inicio de las obras de edificación.
El asunto siguió judicializado por la vía del contencioso entre ambos ayuntamientos, que ya por aquel entonces no podían estar más enfrentados a este respecto aún compartiendo mismo signo político. Bezana llevó a Pleno su propia modificación de deslinde, la aprobó y luego Piélagos, en un Pleno posterior, en plena pandemia, cargó públicamente contra el municipio vecino por haber adoptado de manera «unilateral» la delimitación, que fue «la madre del cordero», como definió la entonces alcaldesa Verónica Samperio. Los propietarios se consideraron «paganos» de un conflicto político y si bien pudieron construir su casa y habitar en ella, éste sigue, de momento, sin solución.
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