Piélagos ratifica en el pleno el deslinde territorial con Santa Cruz de Bezana
La pasada semana se ratificó el mismo acuerdo en la Corporación vecina, poniendo así fin al desacuerdo con las lindes y a los conflictos urbanísticos generados
La Corporación de Piélagos dió este jueves el visto bueno al deslinde con el municipio de Santa Cruz de Bezana, en los mismos términos ... que lo hizo el Pleno del municipio vecino la semana pasada. Unos límites que eran un imperativo legal a cumplir y que resuelven un conflicto territorial y administrativo para algunas urbanizaciones situadas entre dos tierras. En este acuerdo, que cierra «una herida histórica», según ambos municipios, unos 26.949 metros pasan ya a ser de Piélagos y otra cantidad similar, 26.822 metros, son ya de Bezana.
La propuesta fue aprobada en pleno casi por unanimidad con los votos del PP, PSOE y Vox, además de la abstención del edil de @VIP. La medida la explicó en el Pleno el concejal de Urbanismo, Marco Antonio Pelayo, quien recordó que el asunto venía de 2017, cuando el Instituto Geográfico Nacional (IGN) conminó a los ayuntamientos vecinos a reajustar sus lindes. En 2018, con la mediación de este organismo, Piélagos aprobó el deslinde propuesto, «de mutuo acuerdo», pero cuando la propuesta llegó a Santa Cruz de Bezana, allí «no pasó de la Comisión Informativa», recordó Pelayo.
El tema se enquistó y en 2020, «porque no se había movido ficha», y se aprobó la caducidad de la medida. Seguidamente, en 2021, Bezana presentó alegaciones al deslinde y no se ha podido llegar a un acuerdo hasta esta legislatura. «Bezana ya lo aprobó en Pleno la pasada semana y esta vez hemos esperado a que lo aprobaran antes para así no tener que volver a las andadas», bromeó satisfecho el edil por el acuerdo que tindó de «interesante» para los dos municipios vecinos.
Así lo consideró también Bezana cuando ha ratificado el deslinde de 2018 hace unos días. Un reajuste, que afecta a cinco principales áreas (Boo de Piélagos-Maoño; Soto de la Marina-Liencres; Mompía-Mortera; Mompía-Boo y Prezanes-Mortera) y que da solución a las discrepancias técnicas y jurídicas que venían manteniendo años atrás ambos territorios debido a que «los planeamientos urbanísticos o no casaban, o se extendían hasta donde no era necesario o, incluso, dejaban zonas fuera de clasificación». De hecho, con este acuerdo se resuelve, por ejemplo, el caso de urbanizaciones tanto de Piélagos como Bezana, donde se daba la paradoja de que algunas viviendas o complejos privados (por ejemplo en el Cierro de La Sara en La Arnía) quedaban partidas a la mitad.
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