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La aún alcaldesa de Piélagos, Verónica Samperio, celebró ayer una reunión con el resto de concejales electos del PSOE para analizar la situación del ... grupo municipal en el nuevo escenario político tras la mayoría absoluta que logró el PP en la localidad el pasado 28 de mayo. Entró con una idea en la cabeza y, después de escuchar a sus compañeros, salió del encuentro con la decisión contraria. «Estoy en una situación personal diferente a la que he tenido hasta ahora y eso me había hecho meditar sobre la posibilidad de no coger el acta, pero finalmente, después de sentarme tranquilamente con mis compañeros, voy a seguir», afirma Samperio, que de esta forma se pondrá al frente de la oposición en el Ayuntamiento de Piélagos, donde el PSOE es la segunda fuerza.
La todavía alcaldesa en funciones, que cederá el bastón de mando este mismo sábado al popular Carlos Caramés, recuerda que varios de los integrantes de su candidatura se subieron al proyecto por un compromiso personal con ella. «Ellos no querían que yo les dejara tirados y yo no puedo dejar tirado a nadie. Mucho menos cuando tienen razón en que fui yo la que les metió en esto», insiste Samperio, que se compromete a hacer una oposición constructiva y no entrar en el barro ni en los ataques personales, que lamenta que han sido frecuentes durante su mandato.
Incluso en el caso de haber logrado un tercer mandato en Piélagos -llegó en 2015 por una carambola y revalidó el cargo en 2019 mejorando resultados-, la socialista ya había decidido que esta iba a ser su última legislatura. De hecho, en la lista con la que concurrió a los comicios había seleccionado distintos perfiles para «darles rodaje y empezar a preparar el relevo». También continuará al frente de la Agrupación del PSOE en Piélagos, aunque en ese caso nunca valoró dimitir como secretaria general. La labor de jefa de la oposición la compaginará con su trabajo como profesora en el colegio Antonio Robinet de Vioño, centro al que ya ha pedido la reincorporación tras los ocho años de excedencia que ha estado al frente de la Alcaldía: «Me hace mucha ilusión volver a dar clase. Es lo que me gusta y creo que ahora, después de esta experiencia, tengo una perspectiva más amplia para hacerlo».
Además, bromea que va a ser ahí más útil incluso que en el Ayuntamiento porque después de este periodo se ha dado cuenta de que en política «falta mucha educación». Lo dice en referencia a la campaña de desprestigio sufrida, especialmente en el último año. «Pensé que estábamos mucho más avanzados y que estas cosas no calaban en la sociedad, pero he visto que sí», concluye.
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