«El Puente Viejo de Oruña puede caer o seguir descalzándose si no ejecutamos nada»

La foto que acompaña este texto muestra claramente el mordisco. Lo que se ve. Tomando como referencia la propia construcción que conecta Oruña y Puente Arce (y cuya construcción data de 1585), la imagen está tomada desde el lado opuesto al parque de El Muelle. Desde el otro lado del paso. En una zona de cultivos por la que transita una pequeña carretera circular. El derrumbe de una buena porción del pilar es evidente y alcanza varios metros de altura.

«La semana pasada estuvieron técnicos de la Dirección General de Carreteras y de Patrimonio viéndolo y esta semana intentaremos hacer un informe para ver cómo se puede restaurar teniendo en cuenta el tiempo que sigue haciendo estos días y lo que se ha desprendido», asegura Zoraida Hijosa, directora general de Patrimonio Cultural del Ejecutivo -el papel de su departamento en los trabajos es importante al tratarse de un BIC-. Ese informe, dice, determinará el riesgo real de derrumbe, «porque a simple vista no se puede precisar».

Lo que tiene claro el consejero de Obras Públicas es que «el puente se ha deteriorado en la última semana». «Eso se ve», dice Gochicoa. «En una semana está en peor estado y por eso es lógica la opción que ha tomado el Ayuntamiento de Piélagos de cortar el paso». Y, por eso, insiste en que, de no actuar, el deterioro irá a más sin descartar ninguna opción. Incluido el colapso y, con ello, el derrumbe.

El titular de Obras Públicas recordó -como ya contó este periódico hace unos días- que ellos tenían «un proyecto para reforzar el puente que ya estaba adjudicado, pero estaba pendiente del visto bueno de Patrimonio, que había señalado algunos aspectos que había que revisar». «Da un poco de rabia -remarcó Gochicoa- porque, si se hubiera iniciado la obra antes, el puente hubiera resistido».

En ese sentido, su departamento iniciará la tarea con la declaración de emergencia, «lo que facilita empezar a trabajar con menos requisitos». Lo primero será reforzar los cimientos. «En su momento ya bajaron buzos para visualizarlo y observaron el deterioro». Hace tiempo, antes de las inundaciones y la riada. «La intervención prevista era poca cossa», asegura. La cosa ha ido a más. Ahora, cuando el cauce del río baje su nivel, tocará reforzar la cimentación y también «reponer la estructura dañada, forrarlo y unir esas piedras una a una». «Será un trabajo muy artesanal e intentaremos que Patrimonio colabore». En ese sentido, recordó que todavía cuentan con el escrito que presentó Cultura, «y tendremos que ver cuáles de las condiciones que planteaban para poder empezar la obra son viables en este momento». Será en una reunión que ya está «prevista». «Lo que queremos evitar es que se siga deteriorando, y hacerlo con urgencia para mantenerlo».