Secciones
Servicios
Destacamos
Han pasado más de cuatro años desde que la empresa Saint Gobain Glass cesara definitivamente la actividad en su fábrica de Vioño de Piélagos. Un episodio negro para la industria del municipio, tras dar el cerrojazo a los 90 años de funcionamiento de la ... fábrica, conocida como 'La Vidriera', y desencadenar el despido de los últimos 27 trabajadores y la recolocación de los otros 20 restantes en las plantas de Avilés y Tarragona. Ahora, el desmantelamiento de las instalaciones empieza a convertir esta planta en historia.
La firma francesa lleva meses ocupada en el derribo de la fábrica. Una panorámica desde cierta altura desvela que mientras las chimeneas permanecen en pie, el resto del solar se ha convertido ya en escombro. En torno al 60% de la factoría se reduce a cascotes y a medida que lo poco que queda de aquella industria se viene a menos, crece la incertidumbre sobre el futuro que le aguarda a la parcela.
Precisamente por este motivo, el Ayuntamiento de Piélagos mantuvo esta misma semana una reunión con los responsables de la empresa, un encuentro en el que se interesó por conocer qué planteamiento tenía la entidad una vez concluyera con los trabajos de demolición. Pero, de momento, Saint Gobain no ha desvelado sus intenciones.
Varios miembros del equipo de gobierno municipal estuvieron presentes en aquella cita y, según ha podido averiguar este periódico, la empresa se ha comprometido a poner al corriente al Ayuntamiento de la decisión que tome la dirección.
47
rabajadores conformaban la plantilla de la fábrica Saint Gobain ubicada en Vioño en el momento en el que la empresa anunció el cierre definitivo.
Hace ocho años, la empresa de Vioño ocupaba grandes titulares, pero por asuntos bien distintos. En aquel momento, en 2011, podía presumir de potentes inversiones y de organizar pomposos actos para darlas a conocer. Como aquel 5 de abril, la fecha que escogió la firma francesa para inaugurar el horno solar, el primero de este tipo en la Península Ibérica capaz de producir vidrio de altas prestaciones para las placas solares. El grupo se había dejado en Vioño 35 millones de euros y aquel acto contó con la presencia de la entonces ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y el director industrial de la empresa en España, Manuel Pimentel. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y su mano derecha en el Gobierno en coalición, Dolores Gorostiaga, también estaban en primera fila.
La instalación de este horno solar permitió que la planta cántabra, compuesta en aquel momento por 81 personas –siempre según datos oficiales–, aumentara su plantilla en veinte personas. Una inyección económica que también tuvo su impacto social y que al poco tiempo desembocó incluso en algún que otro reconocimiento. Como la Medalla de Plata que le concedió el Ejecutivo de Cantabria por su compromiso con el empleo y la economía regional. Eran tiempos de bonanza para la marca, que aún estando presente en 64 países –tenía empleados a 200.000 trabajadores y facturaba más de 42.000 millones de euros al año– apostaba firmemente por su fábrica de Vioño de Piélagos.
Pero el anuncio de cierre definitivo llegó apenas tres años después. El 4 de noviembre de 2014, la multinacional francesa Saint Gobain informaba del cese inminente de la actividad, argumentando «el colapso del mercado solar en España, unido a la dramática situación que aún vive el sector de la construcción, los dos destinos de la producción de la fábrica de Renedo». Una situación que condujo a la fábrica a una «drástica disminución de pedidos» y a una coyuntura «insostenible».
Ese mismo año se conocía que el Gobierno de Cantabria, a través de Sodercán, había aprobado una subvención pública de 141.891 euros para contribuir al desarrollo de un proyecto de eficiencia energética en la factoría de Saint Gobain de Vioño de Piélagos que la empresa –según aseguró– nunca llegó a cobrar.
El anuncio del cese definitivo de la actividad fue el desenlace de un proceso agonizante para los trabajadores, que un año antes ya se habían echado a la calle para protestar por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que había iniciado la empresa y que terminó asfixiando todavía más la situación laboral. Fueron tiempos muy complicados.
En 2015, los peores pronósticos se cumplieron y la factoría procedió al cierre de las instalaciones. Nunca más volvió la actividad a la factoría de Vioño. Y su huella en el paisaje, que es lo que queda, se borrará cuando culmine el desmantelamiento en curso, aunque está por ver cuál será el futuro del solar en el que durante 90 años la fábrica mantuvo la industria cristalera.
17-09-2019 El proceso de desmantelamiento de la fábrica lleva meses activado y, en la actualidad, hay más del 60% ejecutado. La intención es dejar el solar despejado
14-08-2018 La empresa anunció a finales de 2014 el cese de su actividad.Meses después, procedía al despido de una parte de la plantilla, recolocaba a veinte trabajadores y cerraba para siempre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.