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Francisco Cano, el vecino de Parbayón y propietario de una vivienda cuya decoración navideña se ha hecho famosa en toda España, tiene claro que no se acogerá a la Ley de Espectáculos y que volverá a poner luces en su fachada siempre y cuando « ... yo no sea responsable de lo que pase fuera de mi casa, en una carretera nacional». La desestimación del recurso que presentó contra el Ayuntamiento de Piélagos tras advertirle que su hobby debía acogerse a la normativa si sobrepasaba la mera acción decorativa y congregaba a tanta gente frente a su casa ha generado tal revuelo que el asunto ha saltado al ámbito nacional.
Ayer, Cano insistía en que él «en ningún caso» se hará responsable de lo que pase fuera de sus muros, como es lo que debería de asumir en el caso de que su decoración sea considerada eso, un espectáculo. Y él tiene claro que no lo es por mucho caos circulatorio que se genere en la carretera colindante. «Me gusta la Navidad. He puesto luces que se encendían al ritmo de la música y viene gente porque le gusta lo que hago», dice este electricista de profesión, insistiendo en que para esta actividad no cobra entrada ni organiza a los asistentes, ya que estos lo ven libremente, desde donde quieren.
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Cano tuvo ayer un día ajetreado. Su teléfono móvil no dejaba de sonar. El salto a nivel nacional de la noticia le convirtió en protagonista y desarmó buena parte de la agenda laboral que tenía prevista para una jornada de miércoles habitual. «Nadie me ha dicho en qué consiste sobrepasar la mera acción decorativa», respondía el hombre a las preguntas de los periodistas de un conocido programa de televisión.
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El revuelo generado por esta controversia también ha llegado a los despachos del Ayuntamiento de Piélagos que, con un equipo gobierno diferente al que advirtió hace meses al vecino, ha mostrado su voluntad de llegar a una solución y se manifiesta partidario de, por lo menos, analizar las posibles vías para permitirle a este vecino decorar su casa, en colaboración con la Jefatura Provincial de Tráfico.
A preguntas de El Diario Montañés, el alcalde, Carlos Caramés (PP), aseguró ayer que el Consistorio va a «colaborar» en la puesta en marcha de medidas para que en el tramo de carretera colindante (la N-623) se «garantice» la seguridad vial para vehículos y viandantes. Una postura en la que, aseguró el regidor, ya se han puesto a trabajar los técnicos y un asesor y que se articulará en paralelo con Tráfico. «Tiene que haber alguna manera viable de permitir a este vecino decorar su casa», concretó Caramés, consciente de que se trata de una tradición muy arraigada no solo en el municipio y el resto de Cantabria, también en muchos lugares de España.
Efectivamente, la polémica ha puesto el foco en esta vivienda de Parbayón, pero es, sin embargo, una tradición igualmente arraigada y popular en otros rincones de la región. Sin ir más lejos y ni siquiera salir del municipio, en Quijano, la afición a decorar con iluminación llamativa y música las viviendas la siguen muchos vecinos, que lo organizan durante el año y lo mantienen como tradición desde hace décadas.
Francisco Cano
Vecino de Parbayón
Carlos Caramés
Alcalde de Piélagos
De hecho, se da la paradoja de que hasta 2021, el Ayuntamiento de Piélagos organizaba un concurso de decoración navideña de viviendas para fomentar precisamente esta costumbre. Este certamen desapareció el pasado año a raíz de la polémica que generó el informe que en noviembre de 2022 emitió Tráfico respecto a las consecuencias de la iluminación de Francisco Cano y del «grave» riesgo para la seguridad vial que conllevaba.
Por eso, el alcalde se pregunta ahora: «¿Dónde ponemos la vara de medir? ¿En qué momento le pedimos a la gente que decora sus viviendas que se tiene que acoger a la Ley de Espectáculos, que tiene que pedir una licencia? ¿Cuántas viviendas en Piélagos que deciden decorar su casa están próximas a una carretera nacional?».
El principal problema de la casa de Parbayón es ese, que se encuentra a unos metros de distancia de la carretera que une el pueblo con Renedo. Además del informe, se adoptaron medidas por parte de Tráfico, como el pintado de las sendas peatonales e incluso la colocación temporal de conos a ambos márgenes de esta carretera que impidieran a los vehículos estacionar. Pero aquello no impidió que los curiosos acudieran en aglomeración -en algunos casos de manera temeraria- a ver el 'espectáculo' de la fachada de Francisco Cano. Cruzaban la carretera sin estar permitido y lo hacían acompañados por niños. Por otro lado, estaban las caravanas de coches que se formaban en la carretera. Ni siquiera las multas que el pasado año se impusieron a los vehículos mal aparcados mitigaron este caos.
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