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Las demandadas obras de ampliación de la carretera que une los barrios de San Vicente y Salcedo, en Vioño, han llegado a su fase final. La actuación dotará al vial del doble sentido que tuvo hasta la pasada legislatura, cuando el anterior equipo de gobierno dotó de accesos peatonales la zona y cambió la circulación a sentido único, lo que provocó, según ha recordado el alcalde, Carlos Caramés (PP), una fuerte oposición vecinal. La respuesta de los usuarios derivó en protesta y dejó imágenes de varios ciudadanos manifestándose y reclamando que se devolviera a la carretera su doble sentido inicial.
Los trabajos «han permanecido suspendidos» hasta el pasado mes de noviembre, cuando han dado comienzo las labores para, efectivamente, revertir la situación en la que siempre ha sido conocida como la 'carretera negra' de Vioño. El Ayuntamiento inició la ejecución con un doble objetivo. Por un lado, ampliar las dimensiones de la vía en este tramo, de manera que se produjera el tránsito de vehículos -y peatones- en condiciones de seguridad. Por otro, derribar la casa tapón y solucionar el problema que generaba esta construcción deshabitada en medio del cruce de esta vía con la CA-231 entre Vioño y Oruña y que impedía ensanchar la carretera para dotarla de doble sentido. El derribo del inmueble facilita el paso de autobuses, que hasta entonces encontraban serias dificultades para atravesar el cruce.
Tras solicitar permiso a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) para invadir 1,20 metros del margen derecho, el Consistorio realizó una intervención que pasó por la ocupación de unos metros una la finca privada y de un área reducida de la montaña existente a mano izquierda. Lo que, según Caramés, «ha hecho posible dotar al tramo final de esta vía, en las proximidades del barrio Salcedo, de la anchura necesaria». El proyecto en su totalidad ha supuesto una inversión municipal de 250.000 euros y el regidor ha adelantado que esta misma semana «se procederá al asfaltado de la nueva sección resultante de la ampliación».
Caramés ha insistido a través de un comunicado en que «estamos dando cumplimiento a un compromiso que adquirimos con los vecinos de Piélagos, en especial con los de la zona de Vioño, Zurita y Oruña que reivindicaron con manifestaciones que la construcción de aceras era compatible con el doble sentido del vial«. En la misma línea se ha expresado la alcaldesa pedánea, Inmaculada Araunabeña, quien ha recalcado su »voluntad de diálogo y consenso«.
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