Secciones
Servicios
Destacamos
A las cinco y media de la tarde y sin los tres avisos de sirena previos que sí anticiparon la primera detonación el pasado mes de marzo, los vecinos de Vioño han dado este lunes el adiós definitivo al último vestigio que quedaba en ... pie de lo que fue Cristalería Española y que Saint Gobain mantenía sin actividad. A muchos de los que se han acercado a las fincas y calles colindantes aguardando el momento para llevarse en su teléfono móvil el recuerdo, ni siquiera les ha dado tiempo a captar el instante de la explosión de la goma dos que ha dado paso al desplome de la última chimenea. Un adiós definitivo que apenas ha durado escasos segundos.
Vecinos de dentro y fuera del municipio, vinculados o no a la actividad de la fábrica que ayudó a desarrollar social y económicamente esta localidad de Piélagos, ha querido seguir de cerca la detonación de la última chimenea que quedaba en pie en el solar, próximo a barrios como El Arrabal o San Lorenzo. Se habían enterado unos por otros, después de haber visto movimiento de operarios en el entorno de la chimenea; de ver cómo estos hacían los agujeros propios para la colocación de explosivos y la instalación de la malla alrededor de la base.
Sabían que, como ya había sucedido antes, en marzo, con la primera chimenea y la pasada semana con el depósito de aguas, significaba que la demolición era inminente. Y ha llegado. Pero el aviso por parte de la empresa encargada de trabajar con los explosivos para que los residentes de la zona retiraran vehículos y cerraran ventanas ha llegado sin mucha antelación. Tan solo media hora antes de que el estallido de la goma dos derrumbara la única chimenea que quedaba en pie. «A mí me da mucha pena», decía una vecina a escasa distancia, desde su finca, a la que había permitido el acceso a los curiosos, como hizo en la primera ocasión, para que todo el que quisiera no se perdiera este momento para el recuerdo.
Saint Gobain ordenó la demolición de la última estructura y se ha materializado este lunes, una semana después de haber reducido a escombros el depósito de aguas y transcurrido algo más de un mes de la detonación inicial, la de la primera chimenea, la más alta. Con las tres demoliciones, la explanada que ocupaba la fábrica ha perdido definitivamente lo único que quedaba en pie de un pasado vinculado a la actividad industrial y al desarrollo económico.
Los intentos por parte tanto del Ayuntamiento como de algunos grupos políticos, como el PP, por forzar una negociación con Saint Gobain para que estos terrenos y todas las estructuras que quedaban en pie pudieran servir para otro uso de tipo social no llegaron a buen puerto. Ni siquiera las voces de alarma de expertos y colectivos de preservación del halcón en Cantabria sirvieron para aplazar el derribo de las chimeneas ante el peligro que pudiera suponer para la especie y su proceso de anidación. Llamativo fue cómo una vecina, en aquella primera detonación, captó desde su teléfono cómo un ave salía volando desde lo alto de la chimenea después de la explosión y justo antes de que la chimenea tocara el suelo. Una imagen que, según comentaron varios expertos, podía significar que un nido estaba dentro. Sin embargo, este extremo fue descartado por Medio Ambiente. Sea como sea, ya ambas chimeneas son historia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.