Amica se sube a las tablas en Santoña

Se resisten a dar detalles para no romper el factor sorpresa. El que quiera saber lo que están preparando los chicos y chicas del centro de día 'El Buciero' de Amica, en Santoña, tendrá que acudir este jueves, a partir de las seis de la tarde, al Teatro Casino Liceo. Sobra las tablas representarán la obra 'Caballer@s valientes'. Una historia que se han inventado ellos mismos y que llevarán al escenario con gran profesionalidad. La experiencia de años anteriores avala su esfuerzo e impecable trabajo. Esta, de hecho, será la quinta vez en la que demuestren sus dotes como actores y actrices en potencia. «Casi no tenemos nervios», dicen seguras de sí mismas, Belinda y Conchi.

El evento, que se celebra con motivo de la conmemoración del Día Europeo de las Personas con Discapacidad, será el broche de oro a un intenso 2019 que quedará para el recuerdo. Estrenaron el año con la inauguración oficial de su nueva sede, por primera vez abrieron el centro los meses de verano, en septiembre tuvieron el honor de ser los pregoneros de las fiestas de la Virgen del Puerto y cerrarán diciembre saliendo a escena y recibiendo los aplausos del público que es «lo que más nos gusta».

El teatro en negro es la especialidad de esta singular 'compañía'. La representación se llevará a cabo completamente a oscuras. Los asistentes solo verán moverse objetos y figuras de corcho pintados con colores fluorescentes que irán saliendo al escenario al ritmo de la música a medida que avance la historia. Estefani será la encargada de darles paso. La joven asumirá como ya es tradición el papel de narradora. Para hacerlo aún más perfecto ha trabajado con la logopeda del centro la entonación para «poner voz de misterio, de alegría, de alegría, de aburrida...», explica sin soltar el guión de la mano. Es muy aplicada. Lo lee en los ensayos que hacen en la sede y lo repasa en casa donde guardia una copia.

Se sabe la trama casi de memoria. Así que ella, con ayuda de Blanca, cuenta que 'Caballer@s valientes' tiene como protagonista a una niña llamada Fulgencia. A la pequeña le aburre jugar con la tablet y prefiere echar a volar la imaginación para vivir aventuras. Una de esas veces fantasea con que «es una 'caballera' y se pone a jugar frente al espejo». No quieren desvelar más datos y solo se les escapa que «se divierte mucho compitiendo con otro niño llamado Iván». Todos, usuarios y profesionales del centro, se involucran para sacar adelante este proyecto que empiezan a prepararlo en marzo.

Lo primero es inventarse la trama. «Cada año nos cuesta un poco más porque se nos van acabando las ideas», reconocen las profesionales Marta y Cristina. Pero, al final, entre todos consiguen desarrollar un original argumento. Este año quieren trasmitir al público, especialmente a los más pequeños, valores como el esfuerzo y la amistad pero, sobre todo, quieren incidir en que hay que potenciar la creatividad y la imaginación y dejar a los niños que jueguen en la calle y pasen menos tiempo con las nuevas tecnologías entre las manos.

Con el cuento ya estructurado, se emplean a fondo en la preparación del decorado pues es el pilar de la obra de teatro. Todos echan una mano pintando de color negro el corcho, recortando cartulinas y pegando los folios con la silueta de personas, animales y objetos. Aprovechan algo de otras ediciones pero siempre lo retocan y renuevan. Con el material listo arrancan los ensayos. «Este año hemos empezado un mes y medio más tarde a lo habitual porque ya tienen cogida la idea. El primera día ya saben en qué lugar se tienen que colocar y no hace falta recordarles su posición».

Participar en la representación es voluntario. A las tablas suben los que desean hacerlo y se sienten cómodos. «El año pasado dejé participar a mis compañeros pero este vuelvo a salir», anuncia Blanca. Entre los que no se deciden a dar el paso, están los que llevan mal lo de tener que colocarse guantes y un pasamontañas que solo deja al descubierto los ojos. «A algunos les agobia tener que estar tapados o tanta oscuridad». No es el caso de Conchi. «Yo lo llevo bien», apunta vivaracha. Los que no actúan aplaudirán a rabiar desde las butacas a sus compañeros.

La apuesta de Amica por la modalidad del teatro en negro no es al azar. «Es muy vistoso, llama mucho la atención a los niños y no es algo muy común». Pero si por algo se escoge es porque «es una representación libre de prejuicios y nos aporta más confianza a la hora de salir al escenario y demostrar al pueblo nuestras capacidades». Lo disfrutan ellos y aún más el público. «Será al final, al encenderse las luces, cuando descubran quiénes han sido los encargados de mover los objetos». Los aplausos serán entonces más fuerte como premio al talento demostrado por los chicos de Amica. «Cuando se abre el telón es muy emocionante», confiesan. El del jueves no será su único pase. Tras las navidades repetirán la actuación para los alumnos de los colegios de la villa.

Cada año asumen este reto con una mezcla de ilusión y responsabilidad. «La gente no sabe el trabajo que hay detrás», destaca Paco, que saldrá a las tablas por segundo año. Y es que ensayan una y otra vez para no dejar margen a la improvisación. Todos los usuarios ya han vivido los nervios del directo. En esta ocasión, se estrenarán dos profesionales del centro, Jana Durango, que lleva unos meses trabajando, y Laura Muner, que está haciendo las prácticas.

Los chicos las pueden dar consejos pues están más que curtidos en estas lides. Superaron con sobresaliente el reto de ser pregoneros de las fiestas. «Si pudimos con ello, podemos con todo», exclaman. Y es que a día de hoy los vecinos les siguen felicitando por la calles por lo bien que lo hicieron y ellos no se cansan de agradecer las palabras de reconocimiento hacia el centro y sus protagonistas. «Fue tan emocionante. Cualquiera no es pregonero. Nos sentido importantes».

Se sienten y lo son. La obra de teatro no solo aporta contenido a la actividad del centro sino que les motiva a superarse. «El público nos aplaude y saca fotos. Nos dicen que lo hacemos muy bien y que el año siguiente repitamos haciendo otra función». Unos halagos que también llenan de orgullo a su familias a las que invitan a esta cita anual. «Está todo el mundo invitado y tú también», le dice Conchi a la periodista. Van a pasar lista y no quieren ver ni una silla vacía. Al despedirnos, les deseo suerte y Ángela saca la actriz que llevo dentro para corregirme. «Se dice mucha mierda».