Un anónimo paga la deuda de la familia que iba a ser desahuciada en Santoña
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El desalojo estaba programado para el próximo martes y la sociedad propietaria de la vivienda no permitía realizar un pago fraccionadoEl tiempo se terminaba para Diego Dual y su familia. Su desahucio estaba programado para el próximo martes. Si antes de esa fecha no abonaban la deuda pendiente de 1.800 euros con la sociedad Buildingcenter, tendrían que abandonar la vivienda en la que ... residen desde hace 16 años. Aunque Dual, junto al portavoz de Stop-Desahucios, Roberto Mazorra, habían intentado negociar un pago fraccionado de la cantidad adeudada, la empresa solo ofrecía dos opciones: o realizaban el ingreso completo o el matrimonio y sus tres hijos tendrían que abandonar su hogar. Ante un dilema para el que no encontraban una solución, apareció el pasado miércoles una persona anónima dispuesta a echarles una mano.
Después de leer en este periódico la difícil situación que atravesaba la familia residente en Santoña, un lector anónimo se puso en contacto telefónicamente –con número oculto– con Stop-Desahucios para ofrecerse a saldar la deuda. «Mi mujer y yo estamos jubilados y, por suerte, no tenemos apuros económicos. Nos gustaría ingresarles la cantidad que necesitan para continuar en su casa». La noticia fue recibida con sorpresa. En un primer momento, Mazorra dudó si se trataba de una broma. «No bromearía con una cosa así», insistía la voz al otro lado del teléfono. Aunque con cierto recelo, Mazorra le dio un voto de confianza y le puso en contacto con Dual. El jueves, llamó al padre de familia y le dijo que, efectivamente, el ingreso sería efectivo este viernes por la mañana. «Le dije que estábamos atravesando una situación muy complicada», cuenta. Le parecía demasiado bueno para ser real y no quería ilusionarse antes de ver el dinero reflejado en su cuenta. Este viernes, a primera hora de la mañana, confirmaba que ya era más que una ilusión.
El anónimo altruista volvió a llamar a Dual. Esta vez, para confirmar que el ingreso era efectivo y para asegurarse de que la familia ya disponía de los 1.800 euros que necesitaba. «No sabía qué decirle ni cómo agradecerle», expresa. El desconocido le contestó que «había hecho lo que debía». «No es caridad, es justicia moral. Creo que es la manera en la que todos deberíamos actuar, ayudándonos unos a otros». Dual asegura que, aunque no suele mostrar lo que siente, rompió a llorar de alegría junto a su mujer. «Estuvimos así toda la mañana. No podía creer que nos ocurriese algo tan bueno».
Su «ángel de la guarda», como califica Dual al donante altruista, no aceptó halagos ni quiso desvelar su identidad. «Me dijo que se veía en la obligación de hacerlo y que esperaba que la situación que estamos viviendo se solucionase». Una vez que la llamada privada se cortó, ya no existía posibilidad de volver a contactar con él. «Muchas veces, la gente que hace donaciones se deja ver y le gusta darse a conocer. Él no. Se ha puesto en contacto con nosotros de manera anónima, nos ha ayudado y ha desaparecido. Eso sí, me ha pedido algo a cambio: si dentro de unos años conozco a alguien que esté pasando por un apuro similar y me lo puedo permitir, tendré que ser yo quién ayude». Dual, sin duda, le dio su palabra.
Ahora que ya cuentan con el dinero necesario para saldar la deuda, solo les queda reunirse con Buildingcenter para firmar el nuevo contrato de alquiler social que les permita continuar en su casa. «Solo aceptaban el pago completo o que la familia se marchara. Que haya aparecido esta persona anónima ha sido determinante para poder resolver el problema», cuenta Mazorra. «Solo queda fijar los detalles y firmar de nuevo el contrato. Lo zanjaremos el lunes».
La familia compró la casa hace 16 años. Pero su situación económica se torció y, en 2014, tuvieron que cederla a Buildingcenter mediante una dación de pago a cambio de continuar residiendo allí mediante un alquiler social. La situación de desempleo del matrimonio, que tiene tres hijos, provocó que durante los últimos meses no se hayan podido hacer cargo del alquiler y que, de cara a renovar el contrato, se hayan encontrado con una deuda inesperada que no podían afrontar. El desahucio, programado para el próximo martes, ha podido evitarse gracias al generoso desconocido. Dual, que todavía le costaba creer lo sucedido, le preguntó a Mazorra si este tipo de donaciones anónimas eran habituales. «Me constestó que jamás había visto un caso así».
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