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Carmen Gutiérrez, la formadora del curso, examina las anchoas que van elaborando las alumnas. Ana Cobo
Aprendices de sobadora de anchoas

Aprendices de sobadora de anchoas

FORMACIÓN ·

17 mujeres se forman en Santoña como fileteadoras en un curso organizado por Adecco, con la colaboración del Ayuntamiento, para cubrir las ofertas del sector

Ana Cobo

Santoña

Lunes, 25 de octubre 2021, 07:12

Carmen Gutiérrez recorre de un lado a otro el aula y se detiene en cada mesa para fijarse en el interior de las panderetas. Dentro del recipiente están las anchoas que han sobado con «mucha delicadeza» las alumnas. Si hay algún filete que no está lo suficientemente limpio o bien colocado, manda repasarlo para que el producto esté en perfectas condiciones. La escena evoca a una jornada de trabajo en cualquiera de las numerosas fábricas de Santoña. Pero lo cierto es que Carmen no está realizando funciones de encargada, ni las chicas son empleadas de una conservera. De momento. Porque su meta es conseguir un puesto de trabajo como fileteadoras de anchoa.

Para ello, se han apuntado al curso organizado por la entidad Adecco, con la colaboración de la Concejalía de Empleo del Ayuntamiento de Santoña, destinado a formar a las 17 participantes en el proceso de elaborar artesanalmente esta semiconserva. La iniciativa no es nueva. Concretamente, es la quinta edición de este curso, que puede presumir de ser un 'trampolín' a un empleo estable en el sector. «La gran mayoría de mujeres que han estado en el curso después han encontrado un puesto de trabajo en las fábricas de Santoña, Laredo o Colindres», asegura Anabel Díaz, directora de las oficinas de Adecco en Torrelavega y Santoña.

Como experta en el mercado laboral, explica que «lo que se pretende es dar profesionales al entorno en función de lo que éste necesita. Esta es una zona en la que las empresas conserveras acaparan la mayor cantidad de ofertas de trabajo y una gran parte son de fileteadora de anchoa y cada vez hay más carestía de personas especializadas».

En las sesiones aprenden todo el proceso de elaboración artesanal de esta semiconserva.
Imagen - En las sesiones aprenden todo el proceso de elaboración artesanal de esta semiconserva.

Para que las chicas puedan optar a dicho puesto se organiza este curso de 100 horas de duración en el que Adecco dispone todos los recursos necesarios para su desarrollo y el Ayuntamiento de Santoña colabora cediendo una de las aulas de la nave de Foresant.

El principal requisito para formar parte de la actividad es la motivación. «Lo que hemos mirado son las ganas de aprender», apunta Ruth del Río, responsable de selección de la oficina de Adecco de Santoña. Y de esas ganas va sobrada Patricia Gil, sentada en una de las mesas de la primera fila. Atesora una gran experiencia como camarera, pero a raíz de la pandemia no le ha quedado otra opción que reciclarse. En estos meses ha ido a descabezar a la fábrica, ha trabajado con el bonito y en el almacén de conserveras. Pero ella quiere aprender a filetear. «Me gusta mucho y lo veo como una salida laboral», dice levantando unos segundos la vista de la anchoa. «Lo que más me cuesta es sacar el receño, la parte del lomo, pero Carmen nos está enseñando muy bien», valora. Patricia está actualmente empleada a jornada parcial en una conservera, aunque aspira, una vez concluya la formación, a conseguir un puesto a jornada completa. «Iré donde haga falta y me den la oportunidad», dice. Las responsables de Adecco destacan el esfuerzo realizado por las alumnas, ya que muchas de ellas trabajan por las mañanas y por las tardes acuden cuatro horas a formarse.

También en primera fila está, totalmente concentrada, Asun Loum. Ella cuenta con experiencia a la hora de trabajar con pescado, principalmente bonito, aunque «no sabía sobar». Lo más difícil, confiesa, «es quitar todas las espinas y colocarlo en el tarro porque la anchoa es muy pequeña y delicada, pero se aprende rápido».

Todas alaban la labor como formadora de Carmen que, como muchas santoñesas, reconoce que lleva en el mundo de la pesca desde que nació. Suma cerca de 40 años empleada en conserveras. «En todos los puestos que he estado al final siempre tenía que enseñar a alguien, pero esta experiencia de dedicarme varias horas a ello es un orgullo por lo bien que lo aprovechan». Señala que los primeros días a las chicas «les costaba mucho aprender a colocar los filetes en el envase, pero que ya lo hacen casi sin mirar». Lo más complicado es que cojan agilidad. «La base la tienen, solo les queda soltarse». En el curso aprenden el proceso artesanal al completo. «Sobamos las anchoas, cortamos la cola y la tripa, las lavamos, las exprimimos y después abrimos los filetes y se limpian todas las espinas». Para ello se valen de un cuchillo, unas tijeras y la destreza de sus manos. «Con paciencia y buena actitud tiran adelante con todo».

Esta pasada semana han recibido la visita de las dos representantes de Adecco junto al alcalde, Sergio Abascal, y varios concejales del equipo de gobierno. El regidor explicó que si este curso alcanza su quinta edición es porque «ha funcionado muy bien y hay muchas mujeres que quieren formarse. Tiene un porcentaje de empleabilidad muy alto y casi todas, con empeño y dedicación, consiguen incorporarse al mercado laboral de esta industria».

«El Ayuntamiento realiza numerosas políticas destinadas a la empleabilidad, pero este curso es especialmente importante porque generaciones de mujeres se han dedicado a la conserva en Santoña», concluyó. Los tarros de anchoas que se elaboran en el proyecto son donados, entre otros, al comedor social, a Amica o a la residencia de mayores.

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