Arnuero implanta un proyecto piloto para la gestión del entorno de la playa de La Arena

La playa de La Arena, en Isla, y especialmente, el tramo que da a la ría de Castellanos, era hasta hace unos años un espacio natural prácticamente virgen al que solo se acercaban unos pocos a disfrutar en verano. En el último lustro este enclave ha experimentado un incremento de visitantes que está alejando a este espacio de esa postal paradisíaca y relajada que le distingue.

La notable asistencia de usuarios ha traído consigo problemas de estacionamiento y de circulación de vehículos en días de alta ocupación; de presencia de perros en la zona de la playa que carece de vigilancia continua; y de invasión de autocaravanas, que se apropian de espacios del aparcamiento, pernoctan y, en algunos casos, hasta acampan en zonas de gran valor ambiental. Una situación que, hasta ahora, no se ha podido controlar al ser una localización apartada del núcleo de población y disponer de efectivos de la Policía Local muy limitados.

El Ayuntamiento de Arnuero quiere poner orden y dar una solución a estos inconvenientes que se vienen generando. Para ello, va a implantar en dos fases un proyecto piloto que busca mejorar la gestión del entorno de la playa de La Arena. «Se trata de una experiencia nueva, que pretende explorar alternativas de cara a la definición final del proyecto de regeneración ambiental, que se llevará a cabo en esta zona con motivo de la futura demolición de las viviendas de La Arena y el traslado de sus propietarios a la casas de sustitución», explica el director de Planificación del Consistorio de Arnuero, Ramón Meneses.

Esta intervención verá la luz a finales de 2025 o comienzos del 2026, por lo se quiere aprovechar este ínterin de tiempo para valorar diferentes soluciones para el diseño futuro de este lugar. «Lo que buscamos es que continúe siendo un espacio de convivencia con hueco para todas las sensibilidades», apostilla Meneses.

La primera fase del proyecto piloto ya está en marcha. Desde el 1 de julio se ha establecido un sistema de control y cobro del aparcamiento existente en la playa. Las tarifas son de 3 euros por estacionar el coche medio día y 5 euros para el día completo. Los vehículos incluidos en el padrón del impuesto de Circulación están exentos del pago. En este caso, no tendrán que realizar ningún trámite, ya que las matrículas serán dadas de alta en el sistema de los parquímetros, de modo que automáticamente serán detectados y no se les requerirá ticket.

Esta medida permitirá contar con tres trabajadores para realizar labores de control y vigilancia del aparcamiento, así como para la mejora de los servicios que se quieren desarrollar en el futuro. «En esta primera fase, se pretende un mejor control del aparcamiento, optimizando el espacio y las plazas disponibles y vigilando que las autocaravanas solo estacionen en la zona establecida y no pernocten. El aparcamiento se configura como un espacio de rotación y servicio a los visitantes de la playa. A medianoche debe quedar libre de vehículos».

Cuando se lleve a cabo la regeneración del entorno, el Consistorio tiene previsto «reorganizar y aumentar la capacidad de la parcela destinada a aparcamiento, que tendrá unas 280 plazas para coches y 25 para autocaravanas, disponiendo estas últimas de servicio para evacuar las aguas y recargar la luz y podrán pernoctar un máximo de dos noches». La idea pasará por hacer una gestión telemática informado a tiempo real de las plazas disponibles.

Otro de los problemas que ha ido en aumento en las últimas temporadas ha sido el de la presencia de perros en la zona de playa que carece de vigilancia continua. Durante mucho tiempo estuvo consentida, pero en 2018 el Ayuntamiento aprobó la prohibición por el alto número de animales que concurrían al arenal, lo que suscitaba un gran número de quejas de los usuarios, debido en muchos casos a comportamientos no adecuados.

Los vigilantes contratados realizarán tareas informativas de la prohibición de perros al tiempo que facilitarán un folleto en el que se informará de las alternativas que el Consistorio quiere ofrecer en la segunda fase del proyecto piloto. En ese documento se incluirá una encuesta para que valoren la opción de crear un recinto a modo de playa verde apto para mascotas, dotado de elementos de juego, bebederos y duchas próximo a la playa, aunque separado de la misma. «Se habilitará un acceso por la playa para el baño de mascotas y dueños de acuerdo con unas normas. Tendrían un amplio espacio para correr y jugar sin molestar a terceros».

Cuando concluya la temporada estival, los servicios técnicos municipales evaluarán resultados, tanto a través de las encuestas que pasarán a todos los usuarios en general como de las incidencias que se hayan producido, a fin de determinar el diseño futuro de la playa de La Arena y su entorno.

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