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Beky Portilla y Dori Cámara en la sede del local una pasada navidad. A. C.
La asociación La Mar Solidaria urge un local tras colapsar parte del techo de su sede

La asociación La Mar Solidaria urge un local tras colapsar parte del techo de su sede

Dori Cámara hace un llamamiento al Ayuntamiento o propietarios de lonjas para que le cedan o alquilen a un precio simbólico un espacio para seguir ayudando a familias vulnerables

Ana Cobo

Santoña

Martes, 12 de noviembre 2024

Es un llamamiento desesperado. La asociación La Mar Solidaria, de Santoña, urge un local tras colapsar en la tarde de este pasado martes parte del techo de la sede en la que desarrolla su labor. La presidenta del colectivo, Dori Cámara, hace un llamamiento para que el Ayuntamiento o propietarios de lonjas vacías del municipio le cedan o alquilen a un precio simbólico un espacio en el que poder seguir atendiendo las necesidades de ropa y comida de familias en situación vulnerable. De lo contrario, dice, la asociación se verá abocada a desaparecer después de diez años de actividad desinteresada.

Dori aún tiene el susto en el cuerpo al recordar como parte del techo del almacén se vino abajo apenas unos minutos después de salir ella de esta estancia donde había estado preparando paquetes de ropa para entregar. «El estruendo fue tremendo y me quedé paralizada. No puedo parar de pensar en el riesgo que he corrido y ha tomado la decisión de cerrar la sede y no sé hasta cuándo se mantendrá así», ha explicado. El local se encuentra en la calle Rentería Reyes y está alquilado por la asociación.

En este lugar, Dori guarda toda la ropa, enseres y comida que le donan y posteriormente, entrega estos recursos a vecinos de la villa y de municipios próximos que se encuentran en una situación vulnerable. La presidenta era consciente de que el techo del local precisa de reformas, que lleva dos años esperando, pero ha permanecido en esta lonja porque «no tenemos otra sitio a donde ir».

Ante esta situación, y tras dar parte al seguro, ha decidido que, por una cuestión de seguridad, va a desalojar la sede. «Al almacén entramos mucho porque para dar la luz y apagarla hay que encender el cuadro eléctrico, al no haber interruptor, y está en este sitio». El gran problema para Dori ahora es que no dispone de ningún espacio para seguir desarrollando su labor altruista.

Colapso del techo y todo los restos caídos sobre la ropa almacenada. DM
Imagen principal - Colapso del techo y todo los restos caídos sobre la ropa almacenada.
Imagen secundaria 1 - Colapso del techo y todo los restos caídos sobre la ropa almacenada.
Imagen secundaria 2 - Colapso del techo y todo los restos caídos sobre la ropa almacenada.

«Ahora mismo tenemos muchos pedidos de familias con niños pequeños que precisan de ropa de invierno y estamos a las puertas de la campaña de Navidad. Siempre realizo un mercadillo para recaudar fondos y para recoger juguetes para los niños y colaboramos con Cáritas», ha contado Dori apenada, pues vaticina que este año, si las cosas siguen así, no va a poder organizarlo. Y es que, ahora más que nunca necesita una lonja para seguir prestando ayuda a quienes más lo necesitan. Hace años que demanda al Consistorio la cesión de un recinto para su asociación sin recibir respuesta a su grito de auxilio.

Reunión con el Ayuntamiento

En la mañana de este miércoles se ha reunido con el alcalde, Jesús Gullart, para solicitarle un espacio, pero «me dice que no hay locales y que no puede hacer nada». La única opción que le ha dado es guardar de forma provisional la ropa y los enseres que tiene almacenados en una nave municipal compartida con la asociación Gatosos Cántabros. Sería algo provisional, por unos meses, y no atiende la solución a su suplica, ya que no podrá continuar atendiendo al público como hace varios días a la semana en su sede.

Después de tanto años luchando y entregando su vida por los demás, esta santoñesa no oculta su decepción por la falta de colaboración de las instituciones locales. Y es que, el actual alcalde, cuando estaba en la oposición, le prometió que le ayudaría. También cuenta que en la reunión ha preguntado al regidor «por una subvención de 1.500 euros que se concedió a la asociación hace dos años, en la legislatura pasada, y aún no se me ha pagado y dice que no sabe nada».

Es tal la desesperación, que Dori confiesa que si no encuentra un sitio La Mar Solidaria dejará de existir. Y es que hace un gran esfuerzo para pagar la luz, el agua y el seguro del local alquilado por lo que precisa de un sitio que, o bien le cedan desinteresadamente, o bien se le alquilen a un precio simbólico. Por más que ha buscado lonjas en Santoña no encuentra nada. «Tienen un precio desorbitado». Por eso apela «a alguien caritativo que nos deje un local o al ayuntamiento. No sé lo que va a pasar y no quiero pensarlo. No quisiera tirar la toalla, pero me da rabia y coraje suplicar y rogar un local para la asociación, que no es para mi beneficio, sino para quienes más lo necesitan».

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