Secciones
Servicios
Destacamos
JOSÉ DOMÍNGUEZ
Castro Urdiales
Domingo, 4 de julio 2021
Para muchos vecinos, «hace ya años» que el botellón se ha incrustado sin permiso en las estampas veraniegas de Castro y Noja. Y mal, pero se soportaba. Ahora, sin embargo, confiesan que la avalancha de jóvenes, la mayoría procedentes del País Vasco «y muchos ... menores», que los fines de semana «invade» ambos enclaves, les tiene atemorizados. Por su «sorprendente» número, «vienen a centenares», y por su agresividad. Muchas de sus fiestas acaban en «reyertas y auténticas batallas campales».
La madrugada del 13 de junio tres chicos resultaron heridos con arma blanca en el puerto de Castro y el pasado domingo integrantes de una de estas quedadas etílicas atacaron con botellas y piedras a la Policía en Noja, donde el martes por la noche quemaron varios contenedores. La conflictividad se ha disparado hasta tal punto que los ayuntamientos se han declarado en «máxima tensión» y solicitado el apoyo de la Guardia Civil para intentar controlar estas reuniones masivas e incontroladas.
«Como no empleen mano dura las autoridades, esto se les va a ir de las manos y tendremos un verano caliente». Óscar Bordas, «nativo de Castro», no recuerda haber visto nada igual. Mientras saca sus herramientas de la lonja que tiene junto a la iglesia de Santa María, señala a la explanada, donde cada viernes y sábado se reúnen centenares de jóvenes a beber. Hay veraneantes, pero muchos vienen «solo a pasar la noche, en los autobuses de línea».
VECINOS
HOSTELEROS Y COMERCIANTES
Carmen lo sabe bien. «El otro día unos amigos se tuvieron que quedar en Bilbao porque estos chavales habían llenado los autobuses». Vive en la calle San Juan, a la vuelta del templo, y sufre en primera línea los ruidos, las molestias «y los ataques de algunos energúmenos». Incluso le han tirado huevos al balcón, donde cuelga una pancarta de protesta. En el piso de abajo, Carolina Toros intenta sobrellevarlo como puede. «Sé que lo mejor sería vender y marcharme ahora que todavía puedo, pero qué voy a hacer si aquí ya vivían mis bisabuelos», se resigna.
Aunque cada vez son más los vecinos que, hastiados, empiezan a movilizarse contra esta «invasión». Oscar Pereira es uno de los promotores de las, «por ahora», tímidas acciones planteadas: colocar folletos en los portales y carteles en ventanas y fachadas. Vive en el barrio de Los Pescadores y reconoce que «se siente el miedo porque a estos jóvenes no se les puede decir nada, se encaran a la primera». A él ya le han abollado el coche «y ahora me lo llevo fuera el viernes y lo vuelvo a traer el domingo». Leticia Mejías, presidenta de la asociación cultural del barrio, recuerda cómo una vecina le decía que «de pequeña nuestros padres nos pedían que nos quedáramos en el barrio, y ahora aconsejamos a los hijos que se vayan porque aquí hay droga, peleas y mala gente».
Los vecinos piden un mayor control de los botellones. «Si es que los hacen con total impunidad, hasta en la plaza del Ayuntamiento», lamenta Pereira. Y lo atestigua Adolfo Argüello desde el restaurante La Goleta. «Es una auténtica vergüenza, a veces hay clientes cenando y al lado están fumando porros y bebiendo litronas. Lo dejan todo perdido», protesta.
A unos metros Jorge Hurtado se prepara para salir a pescar en su bote. Él lo tiene claro. «Perdemos todos, hasta el ecosistema, porque tiran botellas al agua, sillas, papeleras...». En su opinión, aunque al principio se decía que solo venían porque en el País Vasco había más restricciones, por más que se vayan igualando las cosas con Cantabria, él lo ve cada vez peor. «Esto no es turismo ni nada, muchos solo vienen a buscar pelea: si traen cuters, puños americanos, navajas y hasta bates de béisbol», subraya.
Noticia Relacionada
Abel Verano Susana Echevarría
Los vecinos piden reunirse con el Ayuntamiento «porque tienen que dar soluciones». Proponen instalar cámaras en el casco antiguo, y más multas a los jóvenes y que sean ejemplarizantes «para que se lo piensen dos veces a la hora de venir a montarla».
El jefe de la guardia urbana, Domingo García, confiesa que la plantilla no da abasto. Cuatro agentes cada noche para miles de personas. Alguna vez en el entorno de la calle La Rúa, «la de los bares», no han podido entrar por la gente que había dentro, y eso que los locales ya estaban cerrados. Y todos sin mascarilla y sin respetar distancias. «Tenemos que priorizar mucho, menos mal que ha venido de refuerzo la Guardia Civil».
Félix Quintana, secretario general de la Asociación de Policías Locales de Cantabria, aplaude la ayuda del instituto armado, pero la ve puntual y cree que «esto no se arregla solo con represión». De hecho, considera que el efecto real ha sido trasladar la conflictividad a Noja. Allí su alcalde, Miguel Ángel Ruiz, califica la situación de «dramática». «Es una cuestión de seguridad ciudadana y orden público, necesitamos ayuda de fuera», sentencia. Por sus propios medios, «y cuando la cosa era más llevadera, pusimos 2.000 multas por botellón en tres años, pero ahora está todo descontrolado». Los agentes locales lo tachan de «vandalismo puro y duro».
La presidenta de los hosteleros y comerciantes, Estíbaliz Ibarreche, confirma que también llegan «hordas de jóvenes en autobuses, pero aquí no tenemos tantas frecuencias a Bilbao como en Castro, y los ves tirados por plazas y jardines hasta las once de la mañana». Vaticina que esta será la tónica del verano «si no lo cortan de cuajo; las autoridades deben buscar una solución, se está hundiendo el prestigio de Noja».
Álvaro Maza trabaja en el servicio de limpieza y en siete años «no he visto cosa igual. Si muchos apenas tienen 14 años». Oliver Pla lo sufre cada noche desde la cafetería del camping Suaces en la playa de Ris. «Empiezan en el parking y arrasan; El otro día estaba con dos clientes y tres niñas llevaban a otro de 12 años inconsciente. Los tres nos decíamos: 'pero dónde estarán sus padres'».
.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.