La barca entre Laredo y Santoña lleva a la peregrina 7.000 a bordo

Pero nada de eso. María Jesús tenía el honor de haber adquirido el tique 7.000. Una cifra de «récord», teniendo en cuenta que la conocida como barca del Puntal o de Maurilio retomó el servicio en abril. «En estos dos meses en 2022 pasaron 4.500 peregrinos y este año, en las mismas fechas, ya hemos doblado el número de caminantes», destaca Alberto Gómez, responsable de la empresa Excursiones Marítimas. Una notable afluencia que se debe, sin duda, «al acontecimiento del Año Jubilar Lebaniego». Gómez cuenta que ya a comienzos de este 2023, cuando estuvieron en centro Europa para promocionar el paso de peregrinos, a través de la barca del Puntal, «nos dimos cuenta de que uno de los lugares por el que más nos preguntaban para hacer la ruta del Camino, era Liébana-Potes. Querían saber de que forma podían ir a la Puerta del Perdón».

Ese interés inicial, se está viendo reflejado prácticamente a diario en el constante paso de peregrinos en la embarcación que une Laredo y Santoña. «Son andarines más mayores, de un perfil de entre 50 y 70 años, mientras que en veranos anteriores rondaban entre los 25 y 40». El responsable se muestra contento de que gracias a su labor en redes sociales y plan de marketing «todas estas personas tomen como referencia la costa de Cantabria y más concretamente, Laredo y Santoña, con la consiguiente huella en el comercio y hostelería de la zona».

Para celebrar este incremento, Gómez, hizo un especial recibimiento a María Jesús, a la que el alcalde de Santoña, Sergio Abascal, colocó una insignia del Año Jubilar Lebaniego. La caminante, sin separarse de su mochila y bastones, se mostró «muy contenta» por el obsequio y aseguró que ser la peregrina 7.000 será la anécdota del viaje. La afortunada junto a sus cinco acompañantes de Valencia (Concha, Carmen, Susana, Ángeles y José Luis) está realizando el tramo del Camino del Norte desde Bilbao - el recorrido previo le cubrieron el año pasado -hasta San Vicente de la Barquera. «El viaje en la barca nos ha parecido precioso. Lo único que no nos ha gustado es tener que atravesar toda la arena para poder embarcar». Unas palabras que suscribía Gómez que lleva años reclamando poder hacer uso del embarcadero que existe en Laredo a escasos 30 metros de la ubicación y que está inutilizado.